domingo, 3 de abril de 2022

Torrijas

 Invalida, doblegada por el dolor, te vuelcas en tus torrijas.

El olor a miel y a pan frito me arrebata hacia una niñez feliz que no existió, pero que queda en mí.

Las torrijas descansan ya en su baño de vino meloso. Las mías quemadas, como me gustan.

En su bandeja me hablan, me zarandean. Me gritan lo que no entiendo y me subleva.

Fecundada de dolor, te revelas en esos gestos. No parar. Ser la que eras en todo lo que hacías antes, fácilmente, y que ahora te cuesta un mundo. Y a mí un dolor insoportable.

El aroma de la miel deshecha me reconcilia con tanta rabia y desencuentro. Deshecho también se puede ser dulce. Tengo que intentarlo. 




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