domingo, 28 de julio de 2013

TICS

Llevo cuatro meses haciendo un curso on line sobre nuevas tecnologías aplicadas a la educación, TICS,
y no sé si me ha costado caro. Vamos a averiguarlo. 


El curso no es barato pero ha sido amortizado con creces. He aprendido mucho, ha tenido un componente práctico muy interesante y muy intenso.
Le he echado
muchas horas y me ha supuesto una tensión extra que es la que me ha pasado factura. Han sido muchas horas de ordenador, sacando tiempo de dónde no lo tenía y en un estado de alerta y de atención permanente que me ha llevado a cierto agotamiento físico y mental.

Pero he aprendido mucho, haciendo cosas que me gustan mucho y que me han dado muchas ideas para mi trabajo que ahora tendré que ir implementando.(Necesitaría un par de vidas más, pero bueno)

He extraído varias conclusiones con este trabajo. Conclusiones en lo personal y en general sobre Internet.

En lo personal me he dado cuenta de que yo puedo llegar a ser tremendamente eficaz pero no soy nada eficiente y creo que lo interesante en todos los aspectos de la vida es ser eficiente y conseguir objetivos a largo plazo. No creo que cambie mucho porque mi manera de funcionar va en dirección contraria, pero al menos me alegro de ser consciente de ello y de haber podido analizar más en profundidad lo que antes era una simple intuición.

Por otro lado, creo que no me gusta este mundo 2.0 y que me apasiona. 
      No me gusta porque tiene un componente adictivo que no se maneja del todo bien y porque el tiempo tiene otra dimensión cuando estás en el ordenador. He llegado a tener ansiedad y a aborrecer un poco todo esto por la tensión que me ha supuesto. 

    Me apasiona por la cantidad de puertas, de mundos que te abre. Es un universo de posibilidades en las que, como con todo, puedes enriquecerte o perder el tiempo. Depende del uso que hagas de ello.

    No me gusta porque es inabarcable y mi tendencia a la dispersión, a querer abarcar mucho, me lleva a perderme, a crearme expectativas irreales, a no saber gestionar mi tiempo y mis posibilidades. A perderme y a apretar poco finalmente. Me ha creado una gran confusión mental y la sensación de estar en muchos sitios y en ninguno.

    Me apasiona porque he disfrutado, y disfruto mucho haciendo según qué cosas. Creando material, videos, escribiendo este blog, pensando mi blog profesional... y tiene tantas posibilidades que es apasionante. Además, las fuentes de información son espectaculares. Solo necesitariamos un par de vidas más para poder filtrar, ver y leer todo lo interesante.

     No me gusta porque crea frustración y sensación de vértigo.

    Me apasiona por los canales de comunicación directa con otras personas que tienen los mismos intereses que tú y andan en las mismas batallas. Lo cual ayuda mucho a resolver problemas y a canalizar la información.


En el curso se planteaba la pregunta de si es posible vivir sin identidad digital. La pregunta se refiere a la vertiente profesional. La conclusión a la que llegamos es que una vez que te inicias y ves las posibilidades que brinda, y dados los derroteros que la sociedad está tomando, es prácticamente imposible. 
Sin embargo, yo he terminado pensando  que si se puede vivir sin entrar en este mundo, es mejor no entrar. Quizá depende de la personalidad de cada uno. Yo soy apasionada y un pelín exagerada y cuando entro en algo -lo que sea- me entrego y necesito dedicación total.
Lo cual , aplicado a Internet, es un agobio nada recomendable. Es como querer barrer el desierto.




En general, yo he tenido muy buenas experiencias de "relaciones personales" a través de Internet. Entrecomillo porque no soy tan ingenua como para creer que son relaciones sólidas o equiparables a las "físicas!
Otra vez, hay que tener cierta precaución, claro. Y yo, como en todo soy apasionada y me considero muy leal, he tenido mis "decepciones". Vuelvo a entrecomillar porque ninguna me ha quitado el sueño y simplemente me ha corroborado algo que ya llevo tiempo pensando: no todo el mundo interpreta las cosas de la misma manera, el compromiso no está de moda y es mejor no esperar nada de nadie a pesar de necesitarlo. 

En el curso, me lo he pasado en grande con el grupo del  Libro facial.
Ha sido un asidero continuo, me he reído hasta llorar de ataques de risa y sin esas personas yo no sé si habría acabado el curso. Sé que no lo habría acabado igual de bien y de rápido, eso seguro. Y si he pasado auténticos malos momentos, gracias a ellos los he superado con alegría y muchas ayuda. He sido la payasa del grupo y eso ha hecho que tuviera y tenga contacto individual con algunos de ellos. Contacto que sigo teniendo y espero mantener porque es muy enriquecedor y divertido.

El problema sería entender que estas relaciones constituirán parte de tu bagaje emocional y asidero personal. Nadie te dará un abrazo cuando lo necesites ni te hará una manzanilla si te encuentras mal. Lo virtual está en otra dimensión y no hay que confundirla. No niego que se pueda superar esa barrera que supone la pantalla y saltarla al conocer a la otra persona directamente, y crear- a partir de ahí- una relación solida.



No me gusta este nuevo mundo. No me gusta la conexión permanente, la gente con las pantallitas a todas partes, los niños juntos y cada uno con su aparato.
 No me gustan las reuniones
en las que cada uno "desenfunda su arma" y la deja sobre la mesa, con el peligro de que "dispare" en cualquier momento e interrumpa la charla o el intento de ella.

No me gusta saberlo todo en el acto para olvidarlo en el mismo momento, probablemente. Y estoy en esa vorágine y no me gusta. 
             El otro día pensaba que mirar el teléfono para comprobar si has recibido mensajes del facebook o de tuiter o de correo o de lo que sea, será equiparable a lo que antes era el gesto de atusarse el flequillo o pasarse la mano por el pelo.Algo natural, casi involuntario que nadie considerará inadecuado en ningún momento Y lo que nos espera que yo ni puedo imaginar.

Además, pienso que esta posibilidad, convertida en muchos casos en necesidad, de estar permanentemente conectado crea una dependencia y una dinámica de aprendizaje que dificulta la concentración
en actividades que no proporcionen un resultado inmediato por lo que todo aquello que requiera esfuerzo, tiempo, paciencia y dedicación se desecha rápidamente y se considera aburrido y nada interesante.Además, te crea un estado de alerta permanente que te dificulta
disfrutar del simple relax o de actividades que no sean "estimulantes"



 Por otro lado, también está creando nuevas formas de relacionarse - sobre todo entre los jóvenes- de manera que si no participas de esos círculos sociales,
estarás fuera del grupo o al menos marginado, si no considerado un bicho raro.


Y sí, internet supone una fuente de inagotable de información y, parece, de comunicación. Sin embargo, yo tengo la impresión de que las prisas de esta sociedad imponen la información al segundo lo cual impide un buen filtrado de fuentes y un análisis en profundidad. Se impone el copia y pega sin más. Prueba de ello serían las erratas de los periódicos y las lagunas de información que nos ofrecen en los últimos tiempos. Así que, la información ha perdido calidad,claramente.

Y la comunicación...Me temo que cada vez nos olvidamos más de la comunicación real, de las personas a las que podemos mirar a los ojos, atrincherados tras nuestras pantallas que muchas veces nos evitan las incomodidades - y el compromiso también, por qué no decirlo- que las relaciones personales reales nos crean.Un ejemplo extremo de esto y que me parece espeluznante son los hikikimoris ,
recluidos completamente en una habitación con su ordenador


La intuición más inquietante que he tenido después de hacer el curso es que todo este esfuerzo y todas estas "habilidades" son  tan efímeros y se quedarán tan obsoletas en breve- sustituidas por otras herramientas más versátiles o eso dirán- que no merece mucho la pena dejarse la piel en ello. De nuevo la sensación de querer vaciar el océano a bocanadas. La sensación de que esta es una trampa en la que, si te dejas atrapar, serás un ratón girando una rueda que te dejará siempre en el mismo sitio.
 O peor aún, querrás ser parte de los que la hacen girar para que otros vayan cayendo.





Llevo semanas enclaustrada, con la urgencia de
acabar cosas, sin despegarme del ordenador
y echo de menos a la gente, pasear, tomarme algo tranquilamente, hablar... Aire, olvidarme de esta pantalla.