Naciste con vocación de bonito. Número redondo.
La coyuntura te ha convertido en una efeméride que nadie podrá olvidar. Ni siquiera los que no te han conocido.
Yo vengo a darte las gracias. Muchas. Variadas
Gracias por el atropello de mi madre y gracias por dejar que siga viviendo.
Gracias por sus roturas de pelvis, tibia, fémur y muñeca y gracias por conservarlos todos.
Gracias por sus estancias en la uvi, sendas transfusiones y gracias por permitir que saliera de allí
Gracias por su operación tres en una, delicada, sin muchas opciones en el caso del fémur y gracias por que fuera un éxito total.
Gracias por los doscientos puntos que le pusieron y gracias porque ninguno se complicó y todos cumplieron su misión.
Gracias por la experiencia de escuchar a mi madre quejarse de dolor, día y noche durante nueve meses y gracias por permitirme seguir escuchándola.
Gracias por romperle la vida a mi madre, a todos nosotros, y gracias por permitirnos que la reconstruyamos .
Gracias por la pandemia que nos dejó desasistidos y gracias por que no llegara antes y por que no nos pillara en medio de las operaciones y el socavón.
Gracias por sacar toda la mierda de las residencias de ancianos que nos salpicaba constantemente a los que sabíamos de ella y gracias por no darme más opción que denunciarla hasta el final.
Gracias por enfrentarnos a una pesadilla que todavía no logramos entender y que se llama seis mil muertos en las residencias de Madrid, y gracias por ponerme entre la espada y la pared y salir todos indemnes de decisiones muy complicadas
Gracias por revolcarme en la mierda de las residencias y muchas, muchas gracias por darme la fuerza para salir de allí y tomar la determinación de no volver a entrar.
Gracias por el miedo y la confusión y la incertidumbre de este virus y gracias por dejarnos salir indemnes de él (de momento) a pesar de todos los pesares.
Gracias por toda la soledad que he sentido y gracias por hacerme más fuerte para superarla
Gracias por darme la oportunidad de desenmascarar a quienes decían ser amigos y gracias por aliviarme el corazón de su decepción.
Gracias por ponerme en el camino a gentuza, pura mierda y gracias por rodearme de maravillosas personas que han llevado luz, ayuda y alegría a nuestras vidas.
Gracias por quitarme casi todo y muchas gracias por hacerme entender que con un libro, música, un ordenador para trabajar y mi perro, soy bastante feliz.
Gracias por poner mi vida patas arriba y muchas gracias por permitirme pasar mucho tiempo con mis padres, mi chico, mi perro.
Gracias por un erte traicionero a mi chico y gracias por su conculcación
Gracias por un cáncer en la familia que no esperábamos y gracias por poderlo solventar con tratamiento.
Gracias por tanta, tanta oscuridad, tanto dolor, tanto miedo y muchas más gracias por ese impulso tan enorme para neutralizarlos con alegría, sorpresas, reuniones...luz.
Gracias por tanto sufrimiento y muchas más gracias por tanto amor dentro de mí.
Gracias por temer cada segundo pasado y gracias por esperar el siguiente y poco más.
Gracias por ser el año más terrible de nuestras vidas y gracias por hacerme capaz de encontrar la belleza, la alegría y las ganas entre tanta oscuridad y perversión.
Gracias por poder despedirte y muchas más gracias por poder entrar en el 2021 sin esperar nada a cambio.
Gracias por tanta perplejidad y duda y gracias por la sabiduría que has sembrado en nosotros para afrontarlas.
Gracias por todo lo perdido y gracias por que no fuera irrecuperable o decisivo.
Gracias por revolcarme en lo más oscuro y gracias por permitirme salir y sentirme más limpia, mejor persona y más fuerte.
Gracias por permitir rodearme de belleza, por encontrarla, por sentirla al máximo y encontrar en ella la vida.
Todo el mundo te detesta y quiere olvidarte. Yo no. Yo quiero tenerte muy presente el resto de mi vida y seguir dándote las gracias en este camino que se ha iniciado contigo y que no termina aquí.
Gracias y gracias.