lunes, 5 de marzo de 2018

Qué hacer

¿Qué hacer si te roban las ganas de cuidar?
¿Qué hacer si te roban las ganas de querer?
De abrazar
De reír juntos
¿Qué hacer si te quedas vacía con todo robado?
¿Qué hacer si te roban todas las ganas menos las de vomitar?
Si todo el amor que creías ser se ha convertido en impotencia y ganas de vomitar.

Huelga

Voy a organizarlo todo. 
Para poder hacerlo. 
Para poder sentir que lo hago. 
Que soy parte de esa "rebelión". 
Voy a organizarlo todo para poder ser una más, oponiéndose, gritando, diciendo "basta ya".

Así de falsa será mi huelga. 
Como la de todas. 
Porque la huelga que deberíamos hacer TODAS las mujeres sería la de quedarnos todo el día en casa, o paseando, o echarnos  a llenar las calles y las cafeterías y cines. TODAS. Sin excepción. 12 horas de  ocuparnos de nada. Y el mundo, entonces, sí, se pararía.

Mi padre pasaría el día orinado y sucio, sin comer.
Los enfermos descuidados, empeorarían.
Los niños se quedarían sin recoger, sin comer...o haciéndolo precariamente....
....Y así tantas cosas en el orden pequeño de la vida.

Voy a organizar todo para hacerlo posible. Como cada día. Organizo todo para poder hacer mil cosas a la vez, casi sin poder. Como si se hicieran solas.

El jueves voy a planificarlo todo para hacer huelga, lo cual   en una autónoma es un auténtico oxímoron.
Dejar todo hecho para poder "no hacerlo" ese día. 
Pedazo de huelga que haré. 
Como tantas otras mujeres.

No servirá de nada porque no dejaremos que lo importante se quede huérfano. Esas pequeñas cosas que sostienen el mundo con hilos invisibles y que siempre, siempre se tejen por mujeres.





Estupefacción

Esta mañana, Miko y yo nos hemos encontrado con una de sus amigas, Coca. Me olía las chuches que llevo en el bolsillo. "Era una perra policía y detectaba "sustancias", tiene el olfato muy desarrollado". Me han dicho. "Huy, yo estoy estupefecta; pero estupefacientes no llevo, Coca" le he dicho. Las personas que estaban en el grupo no han debido de entender la gracia de mi gracia. Porque como gracia no lo es mucho a no ser que sepas lo muy estupefacta que estoy.
No recuerdo haber sentido algo tan intenso en otro momento de mi vida. Como de no entender nada a mi alrededor. 
Estupefacta perdida.
Y asustada.
Asustada porque intuyo que soy una poderosa fuerza que impulsa al motor de este monstruo. En la más absoluta inconsciencia. 

Hoy intentaba entender el fenómeno de las "bloggers". Cómo se llega hasta ahí y cómo se puede vivir y ser "una estrella" siendo "blogger".A esta estupefacción, una de tantas, se sumaba el hecho de que varias se han suicidado. ¿De pura presión? ¿O tal vez, de pura estupefacción? Yo lejos de alejarme de ella,de la estupefacción me sumerjo más y más. Como pesados pies de plomo en arenas movedizas.
Y entonces comienza el temor. Yo leyendo esas noticias, perdiéndome en ese marasmo, alimento al monstruo. Sin saberlo. Sin quererlo. Me asomo. Miro y ya he alzado su precio en el mercado. Un simple click ya no es inocente. Por muy inocentemente que lo pulses.
Y entonces crece la ola y me doy cuenta de que, seguro, que con muchos de mis actos diarios, cotidianos, incorporados a mi día a día, alimento muchos monstruos. Sin saberlo. Sin quererlo.
Pero todo es posible porque yo y todos los otros como yo, nos movemos dando cuerda a todos esos relojes injustos, absurdos, aparentemente inocentes.
Y no sé por qué, en mi estupefacción, me he sentido una maquinista que conducía trenes de ganado, cargados de gente hacia un destino incierto. ¿Da igual transportar ganado que gente en condiciones infrahumanas? Era su trabajo. Lo que le daba de comer. Era su obligación. Se lo decían los superiores.
¿A cuánta gente matamos con lo que nos da de comer, lo que vestimos, lo que nos transporta, lo que leemos, con lo que guasapeamos o vemos en la televisión? 
¿Cuánta vida quita nuestra vida?
Si miramos nuestro móvil y vemos "coltan" y sangre, al cogerlo, nos quema. 
Por eso, quizá, no queremos mirar. 
Como tanta gente ha hecho siempre. No querer ver debe de ser la única forma de poder vivir serenamente.
¿Es eso vivir?