Levántate. Camina. Abre la ventana.
Aunque no puedas ni sepas para qué.
Levántate. Camina. Abre la ventana.
Respira.
Con tu costado agolpado de dolor
Y el aliento jadeante, inabarcable la pena y la que vendrá.
Levántate. Camina. Abre la ventana.
Respira.
Porque si tú no lo haces nadie vendrá a cogerte de la mano
Nadie echará en falta tu risa cantarina, tu corrosivo humor o tu confusión.
Nadie saldrá a buscarte ni pensará por qué no apareces, ni eres ya la misma.
Levántate. Camina. Abre la ventana
Abre tus ojos. Respira.
No llores por saberte sola. Aprende que es así y que estabas equivocada.
Se vive solo , como se muere.
Levántate. Camina. Abre la ventana
Respira. Y aprende
Aprende a vivir en esa nueva piel
Protégela de la esperanza y la necesidad
Perfúmala de emociones y amor que no dependan
De nadie tras la ventana.
Pero ábrela y deja que la brisa o el vendaval sequen tanto vacío
Y lo llenen de impulso para seguir.
Aunque a ti ahora te parezca imposible y casi innecesario.