jueves, 27 de junio de 2013

El vacío

Debería haber un periódico que se encargara de seguir las noticias, de ver cómo terminan, cómo continúa lo que se cuenta si no se trata de un desenlace. Se llamaría el "EL Despuesiódico". 

Alguien ha sido el protagonista de un hecho puntual, interesante sólo en ese momento; pero después, no sabemos cómo sigue la vida de esa persona. Ahora hay muchos ejemplos de esto que comento, desafortunadamente. Personas desahuciadas, personas en paro que acuden a los servicios sociales..

Hace ya algún tiempo apareció en los medios esta noticia:
Vídeo de la noticia


Una buena noticia. Heroica. Alguien había perdido los motivos para vivir.Alguien se hallaba tan angustiado, tan desesperado que quería dejar de sentir todo ese dolor, quería ponerle fin.
Un grupo de personas lograron disuadirle, le forzaron a que abandonara su intento. Es cierto que le habría dado tiempo a terminar lo que se había propuesto y no lo hizo. Algo le retenía aquí.O es que hace falta mucho valor para poner fin a lo único que tenemos. O es que las personas que sienten así, están enfermas, mal, y necesitan ayuda.
 Muchas personas intentan intentar suicidarse sólo para llamar la atención. Las que están cegadamente desesperadas lo consiguen sin grandes alharacas. En cualquier caso, todas necesitarían ayuda. Eso es seguro. Ayuda para encontrar sentido a la vida, para dejar de sentir esa distorsión que todo nubla y a todo tiñe de sinsentido.

Por eso siempre me pregunto si alguien les habrá salvado de verdad preocupándose por ellos, ocupándose de ellos, después de rescatarlos. Siempre me pregunto si las personas que "salvan" a otros no se sienten en la obligación de darles la vida otra vez, ayudándolos a iluminarla y a que salgan de ese foso en el que se revuelven entre soledad, tristeza  y vacío.


El problema es que muchas veces nadie puede ayudar realmente a la otra persona.A veces nada ni nadie puede hacer más que acompañar en la búsqueda y dar mucho cariño. Y eso es tanto...
Y esperar pacientemente a que la persona siga luchando, con terapias o no, y que gane la batalla.
De nada sirve la culpabilidad por no haber sabido anticiparse. Por no haber sido capaz de llenar ese vacío, de iluminarlo.