miércoles, 15 de enero de 2014

Aquí llega el sol...


Supongo que hay emociones a las que uno no se puede acercar con la imaginación. No sé por qué me surgen emociones negativas cuando busco ejemplos de este tipo.
 Nadie puede imaginar, ni saber cómo reaccionaría, como viviría emociones muy fuertes que desestabilizan, que rompen tu mundo y te trasladan a otro de vértigo e incomprensión.
 Nadie debería opinar alegremente sobre determinadas situaciones y mucho menos juzgarlas.

Es muy difícil ponerse en la piel de una persona que está viviendo una depresión.
Y quizá deberíamos dejar de usar esa expresión "estoy depre" tan superficialmente. Nadie que no haya vivido este desajuste de la realidad puede ni entrever la pesadilla convertida en tela de araña en la que se convierte la vida.
Imagino que se puede extrapolar a cualquier otro tipo de enfermedad mental, aunque quizá no todas se vivan con el mismo grado de conciencia y sufrimiento.


Es imposible hacerse cargo del dolor de unos padres cuando su hijo está enfermo y le ven sufrir.No puedo ni casi mencionar la idea de perderlo.

Ver a un ser querido sufrir por cualquier dolor del cuerpo o del alma.




Es muy difícil acercarse al miedo y la tristeza de una persona que sufre una enfermedad grave.
Y vive su vida condenada a hospitalizaciones, rehabilitaciones, tratamientos, medicinas...







Es casi impensable poder sentir la angustia, la desesperación de una persona sin trabajo.
El paro va corroyendo al individuo y le va desvalijando de su personalidad, sus ilusiones, su vida.
Esta pesadilla es demasiado común en este país en este momento, así que mucha gente no necesita imagina: sabe de lo que hablo. O del miedo a perder inminentemente  el trabajo que ahora tiene.
Mucha gente sabe lo que desgasta pasar horas en la oficina de (des) empleo, verte inmerso en una burocracia que te ahoga entre papeles y no te da opciones ni horizontes. Esperas tu turno en una rueda de la que no puedes apearte, pero que no te garantiza nada más que desazón.

 Por eso me ha emocionado, sorpresivamente, este vídeo que he encontrado por casualidad en Internet. Se trata de esto tan moderno que se llama ahora un Flashmob que no es más que "repentizar", improvisar una actuación (que ha sido previamente preparada) en un medio público poco común, y sorprender a los que en ese momento están allí.
 En este caso ha sido un Flashmob en una oficina de empleo de Madrid.




Es una actuación muy simple pero muy buena, en la que se van sumando diferentes actores. La canción también es muy simple, muy hermosa, y su letra y su mensaje no podrían llegar a un lugar mejor. Un mensaje de luz, de ilusión, de optimismo tras un momento de oscuridad. Un lenguaje cálido y luminoso para quienes están en un túnel del que no ven forma de salir. 

Es simple música, son simples palabras. Es una caricia simple en un lugar árido e inhóspito que simboliza la pesadilla en la que se ha convertido tu vida. Es una tregua en medio de una lucha desigual. Es un simple regalo que calienta el alma por un momento  y te recuerda que tú, además de un parado sin esperanzas, eres una persona hermosa que está llena de emociones y de posibilidades. Y que te recuerda que debes seguir luchando para que , al menos, no te arrebaten tu capacidad de emocionarte y de compartir emociones, simples pero fundamentales. 
Aquí llega el sol...y no soy la única emocionada