viernes, 25 de julio de 2014

Con Neruda en Mala Strana (Praga 1)

Salí hacía Praga el día 25 con Neruda en el corazón:
           Puedo escribir los versos más tristes esta noche
sin saber que Neruda era praguense y que vivió en el barrio donde yo me he alojado estos días: Mala Strana(Un enigma que ni siquiera pudo explicar el autor de los versos que me acompañaban).

Quizá el único que conoce la dimensión de mi miedo a volar sea este amigo,
que me sufre paciente y en silencio y al que aprovecho ahora para darle las gracias por soportar mis apretones sin que se le borre la sonrisa. En cualquier caso, aterrizamos felizmente tras una hora de retraso en la salida de nuestro vuelo


Llegamos a nuestro barrio,el de Neruda también, después de coger un autobús (109), el metro (LA) y el tranvía 22, en un viaje rápido a pesar de la variedad y de primera toma de contacto con la ciudad.

Nos esperaba una habitación enorme. Una especie de apartamento con salón, cocina americana.. y muy tranquila.


Soy tan friolera que nunca puedo pensar que voy a pasar calor por esas latitudes y nunca llevo pijama de verano. Error. Nuestro hotel estaba muy cerca del río, no suelen tener aire acondicionado y no podíamos abrir las ventanas sin sufrir una invasión de mosquitos del tamaño de abejas. Así que hemos pasado unas noches calurosas. 

Nuestro barrio, quizá el que menos hemos recorrido, es un pequeño barrio lleno de calles tranquilas, pequeñas y más grandes pero con un ambiente entre señorial y decadente lleno de encanto.

En él dimos nuestro primer paseo ya cerca de las 8 p.m. 




El río te lleva y, como un lazarillo, te conduce al corazón de la ciudad. 









El puente Carlos.





Nos adentramos en la Stare Miasto que es el centro histórico de la ciudad sin saber dónde posar la mirada.












Un perrito con una pivo y, a medianoche, de vuelta a dormir; dando un paseo por el puente Carlos, de nuevo, y embrujados con esta ciudad dorada.