martes, 20 de diciembre de 2016

Escalofrío en vena


Muchos de mis trayectos diarios están jalonados por dos hospitales: La Paz y el Ramón y Cajal.
Resultado de imagen de ramon y cajal hospital Cada vez que paso,cargada con mis preocupaciones y mis sinsabores, miro hacia arriba, hacia esas ventanas que son como párpados heridos. Y agradezco a la vida no tener a nadie querido tras ellos, envueltos en un manto de olores, de sensaciones; extranjeros de nuestra vida. Y sé que la carga que a veces me resulta insoportable no es nada comparado con el dolor del dolor de mis seres queridos. 


Sin embargo, ayer, en un hospital, estalló la vida en toda su plenitud.
 Hasta ese espacio de sufrimiento salpicado de esperanza llegó la emoción engalanada de alegría y de fuerza. 
Casi 300 personas abrazaron el salón de actos del Hospital 12 de Octubre 

Y en esa abrazo se cobijaron los goteros que pitaban ajenos a la clave y al tempo...
Respiradores artificiales que ensancharon sus pulmones con tanta belleza y armonía...

Y como siempre, el milagro. Siempre repetido y nunca suficientemente asombroso: la música curando lo que ninguna medicina puede curar.

Las manos en alto de un señor atrapado por una sonda nasogástrica. Manos,saltando por él. Brincando emocionadas, esas manos.

Un superman,enorme, con el cuello cosido de grapas, avanzaba sonriente, cubierto por una chaqueta del pijama atada como una capa con superpoderes. Los de la sonrisa tibia, casi incrédula, con la que abandonaba la sala tras el concierto.

Enfermos, muy pachuchos, abandonados al goce de sentir. Sentir que la música empujaba la vida y traía tantas emociones purificadoras...

Miraba a mi alrededor y sabía que estaba viviendo algo único. 
Hendel y 300 personas llenando todos nuestros pulmones con esa música excepcional, hecha para hacer sentir. Sentir que todo es posible, que ese abrazo de voces nos impulsaba por encima de nuestros miedos y por un momento podíamos volar y conseguir lo imposible.

Casi 300 voces abrazando nuestros embobados ojos acuosos, traspasados por el mismo escalofrío. Ojos de ilusión emocionada como ojos infantiles en la mañana de Reyes.
La imagen puede contener: una o varias personas

Un regalo. Un abrazo de voces como hermoso regalo de Navidad y de vida para quien sólo espera el regalo de la recuperación y la vuelta a casa. 

Aleluya.


Gracias, MeV, por darme la oportunidad de vivir momentos así. Por permitirme ser acariciada por la auténtica vida y recibir lecciones cada día. Gracias.






martes, 13 de diciembre de 2016

Briznas de felicidad

Mi hijo baila salsa con Miko.
Mi suegra me ayuda a desenredar un ovillo que estoy tejiendo.
Mi madre mide un paño tejido en un maravilloso ganchillo que ha hecho para mí.
Miko se acurruca en mi regazo y me regala su mirada serena e incondicional.
...


Hoy la niebla nos impide ver.
Densa, fantasmagórica, distorsiona la realidad, amplía los sonidos y tiñe todo de una gelatina amenazante. Sus dedos fríos te recorren a través de las capas de abrigo que no logran protegerte de su humedad. Una especie de útero dentellado.

A mí me parece hermoso. Vagar entre esa fría bruma. Expuesta a su intemperie. 
Quizá porque la vida - y mi vida- se me parece mucho a un páramo inhóspito y se siente acompañada en ese helor.

Por eso siento el regusto de cierta felicidad al recordar instantes que colecciono como maravillosas vivencias únicas. Como cuando te llevas una brizna de hierba a la boca y acaricias en su sabor todo el esplendor de las pequeñas cosas. 

martes, 6 de diciembre de 2016

La manta azul

Tiendo la manta. La manta azul. Pequeña, suave. Una manta vieja y antigua. Un trozo de tela. Nada.
La manta de planchar cuando no había tablas y mi madre planchaba sobre su mesa camilla y su manta. Mi manta azul. Ella me la debió de dar cuando me fui de su casa. Para que cubriera la mesa y me ayudara a planchar.
Y esa manta ha sobrevivido a mudanzas y a años y ahora está tendida en mi terraza. La tiendo y la acaricio. Algo tan simple, tan escaso de valor. Su manta. Mi manta.

Estuvo durante mucho tiempo en el trastero. Porque yo no tiro nada. Y a fuerza de no tirar, ni pienso en lo que está ahí ni para qué está.

Y ahora, acaricio ese trozo de tela inútil y acaricio todo el mundo que contiene y que me ha regalado sin darme cuenta. Esa mantita guarda la felicidad. Trazos de felicidad. Los suaves momentos de ternura y calor que cada noche me esperan con ella.

Miko se arrebuja contra mí, encima de ella. Y la manta, con Miko encima, logra devolverme la emoción de sentirme querida y arropada. Con la amargura de constatar todo lo que no tengo y me estoy perdiendo.

La manta azul me acaricia a mí cada noche con el maravilloso peso de un ser que me mira como si no hubiera nada más importante en el mundo; diciéndome con sus ojos que, sólo por estar así, mirándonos  y dándonos calor, merece la pena vivir.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Espejismos

Mi madre vela mi sueño. En silencio. Me tapa y vela mi sueño.
 Cuajado de horas de tensión, de cansancio acumulado, el sueño se apodera de mí en el sofá de la sobremesa.
 Despierto sobresaltada, enmarañada de preocupaciones y tristeza. Y siento cómo mi madre vela mi sueño y me abandono a ese espejismo de mecerme en un tiempo de inocencia donde la palabra madre era eterna y su refugio seguro.
Mi madre vela mi sueño y yo no quiero nada más. Sentir su presencia a mi lado curando heridas que desconoce y prestándome un hueco para descansar.
Mi madre vela mi sueño y yo no quiero despertar.

lunes, 17 de octubre de 2016

Barro

Cielos grises
Cambio de estación
Una tristeza lo empapa todo, pesadamente.
No hay motivo para esperarla o los hay todos. 
El caso es que está. Impregnándolo todo.
Tirando de todo. Hacia abajo.
Cargada de ternura y sin futuro.
No es necesario. El futuro.
Pasará. Como casi todo.
Como todo lo que ya ha pasado.
Transformándolo todo de modo que
ya nadie podrá conocerlo.
Tampoco importa.
Lo que es , es; y solo en el soy, es.
Nadie podrá nunca conocerte.
Nadie será parte de todo lo que ahora eres.
Nadie, pero no nada.
La tristeza te conoce y te habita. 
Y ahora te empuja para abajo.
Saldrás a flote. Seguro. Porque 
algo te remueve la ternura y te permite
embeberla, esponjarla; dejarte ir y descansar.
Porque alguien te acaricia y te permite 
cerrar los ojos y esperar a que escampe 
mientras se pone al mando del timón,
braceando con sus propias pesadumbres.
Acorralándolas.
Sin preguntar. Sin pedir explicaciones.
Más silencio. Sólo silencio.
EL de no hablar para no preocupar.

El de no hablar para no herir
EL de no hablar para no ser inorportuno.
El de no hablar por no saber expresar
El de no hablar por no querer saber
El no hablar por haber extraviado las palabras
y el camino de vuelta al corazón compartido.
El de no hablar por haber perdido todas las fes.

No pasa nada. 
Llueve.
Y está bien.

El barro de tus entretelas ya no es 
el único barro.


La placa

Cada lunes paso por una señal de tráfico informativa que me indica la dirección hacia un campo de fútbol cuyo nombre es un homenaje a un niño de Alcobendas que murió al caérsele una portería encima en un (no sé si el mismo) campo de fútbol. 
Siempre y de forma casi instintiva imagino, cada lunes, que en esa placa veo escrito el nombre de mi hijo. Cada lunes se me hiela la sangre y un fuego gélido me recorre de arriba abajo en ese punto de la carretera. 

Mi biblioteca de referencia, el lugar donde he pasado muy buenos momentos, lleva el nombre  de una chica de Alcobendas que fue secuestrada cuando estaba corriendo por su barrio (La Moraleja. Más gueto que barrio) y después asesinada torpe y gratuitamente. Es otro homenaje: la biblioteca y la calle llevan su nombre.

La misma impresión siempre que lo pienso:¿Qué sentirán esos padres al pasar por ahí? ¿Esos padres sentirán alivio al ver a sus hijos siendo parte de la ciudad que los vio nacer ?
¿Sentirán que el resto de sus conciudadanos estamos con ellos y les apoyamos en su dolor y queremos que, con su recuerdo, nunca más vuelva a pasar?
¿Sentirán que sus hijos no se han ido en vano y "están" de algún modo?

No sé qué sentirán. 
Yo imagino el nombre de mi hijo en esas placas y el motivo de su presencia y es como un trallazo cada vez que lo veo. 
Puede que sea una forma de reivindicar que nunca más pase, de no olvidar que pasó.
 Para mí es el grito ahogado por el dolor de una ausencia.

sábado, 8 de octubre de 2016

Lo urgente y lo importante.

Un ingreso hospitalario: infección faríngea grave. Si no se acota, puede convertirse en una sepsis mortal. 
El dolor es incalculable. Las consecuencias si no se ataja la infección, peligrosas. 
Ingreso y tratamiento automáticos: antibiótico en vena a marchas forzadas.Si no funciona, habrá que operar. 
Pero hay que esperar. Observación hasta ver si el antibiótico es suficiente. 
No hay camas en planta. Hay que esperar en los boxes, rodeados de gente también enferma y asustada.

La médico decide que serán 3 días de observación y ante la falta de camas en planta, decide cambiar a otro box más tranquilo "donde estará mejor". La médico no ha visto esto, supongo.

La cama está en un rincón, debajo de dos rejas llenas de suciedad que se puede desprender en cualquier momento.

La paciente no entiende. Su acompañante piensa que en ese rincón estará más tranquila y podrá descansar mejor que en la otra habitación colectiva.

Llega la noche, la paciente, con una infección brutal de garganta-no nos olvidemos-, se agobia. Empieza a sentirse mal y no quiere tener la cabeza debajo de esa porquería. ¿Alguien, incluso sano, querría?
Lo comenta al personal que le dicen que es lo que hay. Ella quiere cambiar el sentido de la cama y se lo prohiben. Finalmente, con un ataque de ansiedad y alergia en su piel, consigue sacar la cama hacia afuera. La regañan pero no cede. 
No pega ojo de rabia, incomprensión y nervios.


Se hace una reclamación al día siguiente y, afortunadamente, la ingresada recibe el alta sin tener que montar un numerito para lograr que la saquen de ese agujero inmundo, sobre todo para un enfermo.

Esto es un gran ejemplo de cómo se olvida lo importante por ir detrás de lo urgente y de cómo en ese olvido se compromete el éxito de lo urgente.Lo urgente, atajar la peligrosa infección. Lo importante, las condiciones en las que eso se hace. Descuidando lo importante se malogra lo urgente. Cuesta saber diferenciar ambas cosas, pero es muy importante. En este caso es meridiano.



Perdona, mamá, por no darme cuenta de lo que ese rincón significaba para ti y por no haber sido capaz de evitarte el mal trago y la mala noche. Es inadmisible y debería haberme dado cuenta y no haberlo aceptado.Perdón.

domingo, 2 de octubre de 2016

Sin análisis previo

Me encanta dormir. Pero también disfrutar del silencio de la mañana de un domingo y recibir al sol con el entusiasmo de una niña pequeña en el día de Reyes. Y no es para menos. El regalo es irrepetible y siempre estremecedor. Bañarse por la luz recién estrenada del nuevo día es impregnarse de ganas de vivir.

Si ese milagro existe, el tuyo- tu pequeña vida- debe agradecerlo y sentirse reconfortada al ser parte de él.
Así que me levanto y respiro hondo en medio de una luz cambiante y unos cielos luminosos  en un espectáculo de matices y colores deslumbrante.

Quiero escribirlo para sentirlo otra vez y sentirlo mejor. 

Camino de mi mundo, la escritura, me encuentro con EL Mundo, el periódico y el mundo, el de verdad, en el que vivimos, me parece un Gregorio Samsa que no puede darse la vuelta de pura pesadilla:

"El PP le pedirá al Psoe garantías de gobernabilidad"... Lo releo porque no puede ser... Pero sí, lo es. Y lo que el artículo viene a decir es que el PP no va a pactar con cualquiera, ni de cualquier modo, ni cualquier cosa. Me pregunto si sigo durmiendo o deliro.

Yo, que nunca he militado en ningún partido, que leo a matacaballo los periódicos y rebusco en otros menos mediáticos y mediatizados, yo que soy incapaz de recordar nombres, entramados.., yo que no tengo tiempo ni ganas de profundizar pero sí de pensar y , sobre todo, de sentir, siento que no entiendo nada.
Lo que más me impacta es que esa sensación la tengo en todos los órdenes de mi vida: no entiendo nada. Vivo en un mundo que no entiendo y del que me siento "centripetada".

El Psoe se ha suicidado. Ese partido en el que tantos trabajadores han puesto su corazón generación tras generación. Ese partido por el que muchos dieron la vida o muchos años de su vida. Ese partido que quería un mundo más justo y humano para las personas que solo tienen sus manos y su sudor para conseguir una vida digna y que necesitaban reunirse en torno a unos ideales de dignidad, de solidaridad, de lucha para impedir que sus manos fueran menospreciadas y su sudor ninguneado. Personas que solo tenían sus manos, su sudor y su dignidad y una fortaleza invencible posada en la certeza de unos principios y una solidaridad inquebrantables. 
¿Qué pensarán ahora esas personas? ¿Qué sentirán? ¿Qué tiene ese grupo que los representaba de "partido" y de "obrero"?  Esas siglas hace tiempo que perdieron empuje y algunas de sus letras dejaron de significar lo que significaron. Ahora ya no existen. 

El desencanto ya no es un matiz. Es el lugar donde quedarse. Por pura incomprensión. 

Los responsables de un partido, de una familia que tiene como prioridad pensar en el bien de su gente, no pueden permitir que el representante que ellos mismos han elegido, se desgobierne. Se desgobierne y no siga sus instrucciones. Se desgobierne e impida que el desgobierno siga gobernando este país de la mano de un oponente manchado por la deshonra que, además, ideológicamente es el enemigo número uno y que durante 4 años se ha negado a escuchar, dialogar o aceptar cualquier propuesta que no fuera la prepotencia de su mayoría absoluta. 
No pueden permitir que el representante que ellos han elegido tenga poder y haga caso omiso a las cuerdas que intentaban controlarlo y dirigir sus pasos. El títere que ellos eligieron para poder gobernar desde sus poltronas, ha roto esas cuerdas y piensa y decide por él mismo (equivocadamente o no) y se niega a escuchar y a seguir sus consignas.
 El títere que ellos eligieron (por qué lo eligieron? Por joven y apuesto- es lo que se lleva ahora-? Porque habla inglés y resulta más moderno y formado?  Por "tierno" y manipulable?) se ha desmadrado. A quién se le ocurre...

El país está en un momento muy delicado. Hay que olvidarse de uno mismo y pensar en el bien superior. (Esto debería ser así siempre, pero bueno) Y ahora nos venderán que esta voladura es por el bien del país. Porque necesitamos un gobierno. El que sea. EL que la mayoría ha apuntado. 
Y no es verdad. Es una simple cuestión de poder. De aferrarse al poder a costa de morir matando. Ese es el único principio que ahora se respeta y las manos y el sudor de los trabajadores que forjaron ese partido se recogen horrorizados ante ese nuevo amo y señor que solo quiere lo que ellos más detestan: el poder para aplastar. Sin contemplaciones.
El poder que parece que se inocula en la sangre y ya no te abandona. Como al insigne Felipe Gonzalez , gran estadista y mejor orador, que no se conformó con ser un hito en la historia política de este país. QUe no tuvo suficiente con salir bien parado de algunos traspies ni de ser el garante de muchas manos y muchos sudores que descansaron en él como no lo hacían en muchas decadas, Siglos, tal vez.
Que no se puede permitir -el tampoco- mantenerse callado aunque solo fuera para que no recordáramos sus diferentes puertas de entrada y de salida que delatan a un traidor. Sólo recordar dos de estos circuitos indignos ya sonrojan e invitan al silencio eterno:OTAn de entrada, NO. De salida, por supuesto. Socialista obrero español con puño en alto de entrada,; puerta giratoria de salida que le permite enriquecerse siendo parte del sistema que intenta menospreciar y ningunear esas manos y ese sudor que le hizo ser quien fue. Sin embargo, él no puede permitir que sus ansias de poder estén calladitas e interviene. Y hace pública una conversación privada y le da la réplica en un medio de comuniciación y no en otra conversación privada como se merecía su interlocutor. Y sólo para echar más mierda a la pocilga y, por supuesto, encumbrarse en su ego inflado de poder.

Y ahora las manos y el sudor que ya se sentían defraudados pero que todavía querían creer y se seguían aferrando al poder de la solidaridad y la lucha por la dignidad de todas las personas, se sienten a la deriva. Aunque quizá piensen que es mejor ser parte de un naufragio que seguir a bordo de un barco que representa todo contra lo que lucharon.



domingo, 11 de septiembre de 2016

El camino

Paseas por un lugar maravilloso. Un sitio en el que, hacía mucho tiempo, te querías instalar y que te parecía inalcanzable, fuera de tus posibilidades. 
Es un lugar esponjoso y cálido, con unos parajes únicos que inundan tu pecho de amor y bienestar y que deseabas tanto recuperar...

No sabes bien por qué te desviaste tanto de esa frescura, de ese impulso vital cambiante, único. Te fuiste lejos,sin querer-crees- olvidando lo importante; y eso nunca te lo perdonarás. Por eso, también, pensabas que nunca podrías recuperar el rumbo. Y sabes que, de algún modo, nunca lo harás del todo. 

Sin embargo, ahora estás ahí. De vuelta.

Respiras a pleno pulmón mientras avanzas por ese camino que no te pertenecía y que has recuperado.Con gran dolor. No ha sido fácil. No lo es.
 Es un camino hermoso que te embriaga, del que nunca quisieras desviarte.
Lo recorres a ojos llenos, húmedos, incrédulos.¡Estás ahí! ¡De nuevo!

Pero vas con mucho cuidado. 
Es hermoso, no lo cambias por nada de este mundo. Quieres estar sólo ahí. Pero el terreno es peligroso. Caminas sobre cristales rotos

y has de ir con mucho tiento. 
Es un terreno minado y si te equivocas, no hay vuelta atrás. 
Es un camino definitivo. Lo sabías y lo has iniciado. Debes continuar, es lo único que quieres hacer, pero con mucho tiento. Tanto que a veces no puedes disfrutar de todo lo que te da. 
Pero no importa. Es ahí donde quieres estar. Sintiendo más cerca su corazón.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Ramas

Te caes. Por mucho que sepas que puede pasar porque vagabas bordeando el abismo, te precipitas desprevenido.
Caes. 
Perplejo.
Casi como si no fueras tú. 
Pero lo eres. La sangre que te bombea el estómago, el cráneo, los ojos, te dice que eres tú. El aliento que te abandona, también. 
Te despeñas. 
Tu reacción , confundida por tu estupor, es lenta. Te abandonas al horror casi como un espectador. 
Pero el dolor te devuelve a la realidad e intentas sostenerte. 
Logras atajar el miedo al recordar que en ese precipicio hay ramas a las que asirte. 
A tu esperanzada desesperanza, le da una tregua el terror que alcanza a intuir que las ramas- que saben que estás ahí, cayendo- te van a sostener, van a  mitigar esos golpes aunque tú no puedas pensar, ni verlas, ni agarrarlas. Ellas lo harán por ti. Porque están ahí también para eso. 
Y solo puedes escuchar el latido loco de tu corazón y el crujido de las pocas ramas que continúan ahí y no han sabido sostenerte. No son adivinas, te dirán. Son solo ramas o espejismos.

Caes sabiendo ya que el golpe es solo tuyo.
Te quedará el aliciente de levantarte. Cuando puedas. 
Sanar las heridas y recomponer las fracturas.
 Al daño se sumaran el desconsuelo y la decepción. 
Y un silencio hermoso que te acompañará con la fortaleza de los que ya nada esperan ni son esperados.

lunes, 29 de agosto de 2016

Joyas

Como espejos huérfanos relucen al sol, 
desnudos ya de la flor de algodón que los coronaba.
Resultado de imagen de cardosAlgodón protegido por hojas puntiagudas y afiladas.
Hermosos cálices , ya sólo de espinas,
que nacieron férreamente acurrucados
sobre sus duras hojas puntiagudas, 
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para irse abriendo en un hermoso morado.
Resultado de imagen de cardos

Nadie los quiere y a mí se me antojan joyas intocables 
que jalonan mis paseos, orgullosas de saberse lo que son y lo que provocan.
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jueves, 25 de agosto de 2016

Libros te quiero

Libros, te quiero como el aire libre de la mañana...



Llevaba muchos meses sin poder leer. Quien me conoce sabe que eso tiene un significado claro y no muy alentador.
Este verano, en el paréntesis que supone el verano, en la huida a ninguna parte donde todo parece diluirse, ser menos pasado y recobrar parte del brío y la ilusión que debe presidir el hecho de respirar, he podido volver a leer. Y ha sido como recuperar el tiempo perdido.

Empecé con un tema que siempre me secuestra
Resultado de imagen de la cuna de auschwitz  He leído mucha ficción y ensayos sobre los nazis y este campo. Con este libro he sabido algo más sobre otro grupo masacrado en los campos: los gitanos. 
Encontré algunos desajustes pero lo leí como todos los de este tema, de un tirón.


Retomé uno que había empezado a leer meses a tras y del que increiblemente, no pude pasar de la primera página. Y es increible porque esta autora escribe fluido, creando personajes y ambientes que captan la atención y no te sueltan. Son novelas policiacas llenas de humor y las disfruto mucho. Como hice este julio con esta: 
Más tarde me he leído otro libro de esta autora francesa en el ebook. NO me gustan las novelas policiacas pero con esta mujer me lo paso bomba porque casi lo de menos es el caso policial



Después ya no recuerdo el orden. Allá van 
Me ha encantado este libro. Es una charla transcrita que dio Sampedro en la UIMP sobre su obra y su vida y la he disfrutado muchísimo. Como siempre, encuentro en sus palabras parte de las mías. Que primero es la emoción y luego todo lo demás, Que no quiere deshacerse de sus cosas porque les tiene cariño por el tiempo compartido y no entiende por qué unas pelotillas en la lana deben ser motivo de olvido y sustitución. Y tantas cosas más...


Otro cuya temática engarza con el primero. En este caso, es un soldado inglés capturado por los nazis, que se enamora de una chica y logra escaparse por las noches para reunirse con ella. Ese amor le hará resistir y sobre vivir. Con un final no sé si inesperado. Es una extraordinaria historia real que me lei del tirón.

Este libro ha sido un trallazo. Es un tema en el que estoy altamente sensibilizada pero leer todo lo que cabe en este libro te deja malherida. Impresionante.De obligada lectura.








Más sobre el tema que me apasiona y nunca me cansa

 No me canso de leer cómo personas que vivían una vida muelle, con una alta formación intelectual y posición económica se ven desprovistos de todo lo que fue su vida en unos meses. El título me capto desde el primer momento porque a mí también me lo dicen pero no como un halago.
Me encanta este autor. Su forma de escribir. Algunos relatos más afortunados que otros pero descubrimientos a través de  frases que son dardos esplendorosos. Literatura.
Interesantísimo libro sobre Hirosima. Contada la historia a través de las visicitudes de algunas personas que sufrieron la explosión a través de los años. No solo del día de la bomba. Los días siguientes, los meses y los años después. Me interesa mucho más conocer los hechos a través de la intrahistoria de los protagonistas que mediante datos o simples descripciones. 
Libro de relatos sobre la Rusia actual. Cuenta como sin querer y a través de ese "sinquerer" descubrimos aspectos de ese país o de cómo lo ve su escritor.

 Este libro llegó a mí sin buscarlo. Lo vi y lo cogí. Sin más. Es una historia peculiar sobre flores, sentimientos en Islandia. Me ha entusiasmado encontrar el color malva por todas partes: en la ropa, en las flores, en el paisaje...Mucho malva. Era como un guiño para mí y entré en él mucho más cómodamente.
Más sobre mi monotema. Interesante ensayo con varios puntos de vista. Me ha hecho pensar que los católicos no habrían llenado sus horas más bajas con música. Con oraciones sí, pero no con música. Parece que en la vida de los judíos está muy presente casi como medio de transmisión de sus valores y cultura.
Y tiene poco que ver pero me apetece que aparezca aquí y de algún modo ejemplifica lo que digo. Esta música es la que los músicos de ascendencia judía escuchaban en su infancia o al menos es una remembranza de esos sonidos y esas historias

 

Este otro lo leí en la playa.Lo cogí en la biblioteca de La Manga y me lo leí del tirón. Es una autobiografía y aunque me interesó porque quería saber cómo salió esta mujer de ese mundo opresor y primitivo en el que creció y eso no me lo dijo, me hizo descubrir un mundo duro e injusto pero lleno hermoso y único para ella porque fue en el que creció. Esta modelo que escapó de un destino terrible (el de todas las mujeres pobres de ese país) escribe para ayudar a erradicar la mutilación sexual femenina de la que ella, claro, fue víctima.














Me he dejado a medias el último de Eduardo Mendoza que es un desparrame total. Me lo he dejado a medias para dejárselo a mi madre a ver si le divierte. Me pregunto cómo se lo pasará este hombre escribiendo estas peripecias tan divertidas y surrealistas creando personajes y situaciones hilarantes y tiernas al mismo tiempo con un conjunto coral que te lleva de un lado a otro olvidando a veces la intriga que nos tiene ocupados y que a veces, es pura anécdota. Genial

Ahora leo uno libro en el ebook que me estaba irritando un poco pero me ha enganchando finalmente. Quizá porque estoy enamorada de la ciudad protagonista: Santander. Y cuenta un episodio dramático de su historia. Cuando un barco cargado de dinamita encalló y explotó destruyendo a toda la ciudad practicamente.


Y me quedan pendientes estos que no sé si cambiaré por otros que tengo ya en preselección:



Empecé otro de Katerine Pancol,
cuyos libros normalmente me resultan  perfectos para el verano por su liviandad, pero lo tuve que dejar porque no me gustaba nada e incluso me irritaba.

martes, 23 de agosto de 2016

Paseo por la felicidad








Salgo a la luz de un día caluroso de verano. Recibo el calor y el resplandor como un regalo. Respiro hondo. Disipo las sombras de la enfermedad que no quiero tener.
 Me sacudo de esos temores que el ecógrafo me ha grabado en la piel. 
Acojo todo lo que mis sentidos atrapan, con agradecimiento. Quiero abandonarme a un paseo y me abandono. 

La comba... No veo jugar a los niños a la comba. 
Yo pasé muchas horas de mi infancia saltando una comba. 
La comba...Un cordel emocional. Otra bomba de racimo.

Salgo de hacerme una mamografía y una ecografía. La doctora se emplea con empeño. Cada parada, cada pulsación en el ordenador, cada pase insistente, levanta la duda, el miedo, la incertidumbre.Es una hora larga de pruebas por pura revisión.







Paso por una tienda que es regocijo para mí. En ella he pasado muchas horas eligiendo ilusiones para mi hijo y para todos sus amigos y primos. Una tienda llena de estímulos, alegría y magia. Paseo por sus estantes
y me encuentro con momentos únicos de mi vida. Momentos ligados a la fiesta y la emoción de mi hijo. Como migas de pan me llevan de paseo por la felicidad perdida. 
Encuentro, una vez más, lo que busco para otro bebé. Me cuesta elegir. Hay tanto y tan hermoso...

Me duele ver en esas estanterías los ojos abiertos de sorpresa y alegría de mi hijo, que ya no están. Los míos, estremecidos al ver su inocencia, su júbilo; que tampoco están. Salgo conmovida de ese recorrido por un mundo perdido y tan añorado.

Camino por el sol y por todos esos recuerdos de vuelta a casa. Mi corazón, encogido, se instala en aquellos años en los que abrir paquetes era estrenar el cariño que se agrandaba de pura emoción. 

Paseo al atardecer ya y me encuentro con La Comba
y saltan de nuevo todos los sentimientos que despierta ver crecer a tu bebé y sentirle descubrir el mundo y sus propias emociones. 

La Comba fue la segunda casa de Raúl durante dos años y medio. Allí estaba su otra familia y con ella pasó muchas horas de aprendizaje y disfrute. Decidimos llevarle porque buscaba niños, eran como un imán para él. Era feliz con los suyos, con sus iguales.
El primer día que  llevé a Raúl fue durante el recreo.
Como una prueba de adaptación. Llegamos y en la puerta vio los columpios, a los niños jugando y comprendió que era su sitio y no era el mío. Se giró, me empujó y me dijo: " aios, mamá".

Raúl tenía poco más de año y medio. A mí se me arrugó el corazón al dejarlo allí solo y me emocionó verle tan contento en ese nuevo mundo.
Me impresionó cómo lo interpretó él: era su universo lejos de mí. Era su mundo para crecer y hacerse al margen de nuestro cordón umbilical. Allí fue feliz y allí me recibía corriendo cada vez que iba a buscarlo. 


Allí descubrimos cómo era Raúl con los demás. Siempre se quedaba el último, nunca peleaba o discutía.



Era generoso, tranquilo, solidario, colaborador. Era maravilloso. Como imagino que sigue siendo. 



Creo que no hay momento más especial que recoger a tu hijo de la guardería. Recibir todo su cariño, su alegría, sus experiencias vividas sin ti en ese abrazo que te esperaba cada día en la puerta de La Comba.

Recojo hoy más migas de pan que me llevan de paseo por la felicidad perdida y me hacen aferrarme a esa manita que se apretaba a mí camino de La Comba o de nuevo a casa. 
Hoy sé que no hay recuerdo más dulce que ese paseo de la mano de mi hijo y el beso con que cada día me despedía y me recibía al entrar y salir de su universo de niño donde conoció a amigos que todavía lo son.

Vuelvo a casa. Sola. Sin nadie agarrando mi mano. Sin nadie que me espere y me dé un beso.
Vuelvo llena de emociones y recuerdos tan hermosos como acerados. 


Ha sido un día intenso. 
He caminado por una sala de oncología, donde se puede palpar la lucha y el sufrimiento y también la esperanza. 
He caminado por mi propio miedo a la enfermedad de la que nadie está exento. 
He caminado por la felicidad. No sé si todo el mundo puede hacerlo. Por eso, quizá, debo sentirme privilegiada y afrontar su pérdida con resistencia. 

viernes, 19 de agosto de 2016

El peso (¿del negocio?)

Texto seleccionado en un concurso de microrrelatos para formar parte de un libro (que tengo que comprar) de 1500 relatos seleccionados entre 3000. El tema o la palabra que debía aparecer era "amanecer" 

El peso volvía con cada amanecer. 
Se instalaba en su estómago negándole una serena respiración.
Asustada, buscaba el tintineo luminoso de su chopo al sol 
y en él descansaba la pena de ese peso.

Y digo yo que si los 1500 seleccionados y familiares y amigos compramos el libro, el negocio está asegurado. 
¿O estaré siendo demasiado susceptible y esta es una forma de crear espacios de intercambio y hacer cultura? 
En cualquier caso, no compraré el libro aunque he dado mi consentimiento para formar parte de él con este relato. Y ya van dos porque también me seleccionaron para otro libro con otro texto.
Casi me hace ilusión pensar que mis palabras están por ahí, esparcidas, sin saber bien dónde.

Agradecería opiniones al respecto. Como en tantas cosas, me pierdo.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Bombas de racimo

Parto un pepino del huerto, me lo acerco a la nariz...¡¡¡BOOM!!!

Cruzo la calle. Me para un fuerte olor. Baila por mi disco duro. No lo localizo.Es extraño. Muy lejano. Frunzo el ceño. Logro atraparlo: aceite sin refinar quemado....¡¡¡BOOM!!!

Bajo a la cueva de mi tía. Fresca. Húmeda. Protectora. Me baño en su frescor y me zambullo en otro mundo tan lejano...¡¡¡BOOM!!!

El olor a magdalena. Entrar al horno...¡¡¡BOOM!!!
La como con una sangría y ahora sí...¡¡¡BOOM!!! ¡¡¡BOOM!!! ¡¡¡BOOM!!!

Paseo por la hoz. Me dejo acunar por el sonajero acariciante en el que el viento convierte a los hermosos chopos. Cierro los ojos y escucho. Me derriba ese olor único que me traspasa: la higuera se desparrama en esa fragancia única para mí...¡¡¡BOOM!!!

Levanto la tapa de la sartén...¡¡¡BOOM!!!..unos inofensivos pimientos fritos..

Bombas de racimo que me explotan entre las manos y me llevan lejos. Adonde nunca más podré regresar. Y me laceran y me emocionan. Y me lastiman y me hacen tan feliz...








El pepino y las meriendas con pan y sal. Y mi abuela. Y las ensaladas familiares. De esos pepinos llenos de aroma y de sol.

El olor a aceite y a la cocina de mi abuela. Y a las comidas familiares. La infancia intocada.

La cueva. Ese mundo subterráneo lleno de suculencias. Esa otra forma de vida en la que la cueva era la nevera y bajar a por la sandía una aventura de escalones irregulares y oscuridad misteriosa.

El horno. El pan caliente. Ese olor a esencia y maravilla. Los bocadillos de morcilla en pan todavía caliente con los que me recibían el día y mi tía, para desayunar.
La magdalena y el "sopaenvino", la merienda que mi abuela nos preparaba, ajena a las corrientes pedagógicas que  recomiendan no dar alcohol a los niños niños: una magdalena empapada en vino tinto.

La higuera...el centro de mi universo. El centro de la casa de mis abuelos que nos regalaba higos y sombra y reuniones y conversaciones y risas y trinos y rumor de hojas cosquilleante y sereno. La higuera...

Los pimientos fritos y esos bocadillos que me esperaban en casa. Gigantes, de toda una barra de pan de la que ir cortando y comiendo. Pan empapado en pimientos con ese sabor a seguridad y paz. 



Algunas de estas bombas me han alcanzado desprevenida, sin verlas venir. 
Otras he ido yo a buscarlas. Con miedo. Sabiendo que la metralla se instala profundamente y me horada como un colador. 
Repujada de vacíos colmados de amor y melancolía.