domingo, 2 de octubre de 2016

Sin análisis previo

Me encanta dormir. Pero también disfrutar del silencio de la mañana de un domingo y recibir al sol con el entusiasmo de una niña pequeña en el día de Reyes. Y no es para menos. El regalo es irrepetible y siempre estremecedor. Bañarse por la luz recién estrenada del nuevo día es impregnarse de ganas de vivir.

Si ese milagro existe, el tuyo- tu pequeña vida- debe agradecerlo y sentirse reconfortada al ser parte de él.
Así que me levanto y respiro hondo en medio de una luz cambiante y unos cielos luminosos  en un espectáculo de matices y colores deslumbrante.

Quiero escribirlo para sentirlo otra vez y sentirlo mejor. 

Camino de mi mundo, la escritura, me encuentro con EL Mundo, el periódico y el mundo, el de verdad, en el que vivimos, me parece un Gregorio Samsa que no puede darse la vuelta de pura pesadilla:

"El PP le pedirá al Psoe garantías de gobernabilidad"... Lo releo porque no puede ser... Pero sí, lo es. Y lo que el artículo viene a decir es que el PP no va a pactar con cualquiera, ni de cualquier modo, ni cualquier cosa. Me pregunto si sigo durmiendo o deliro.

Yo, que nunca he militado en ningún partido, que leo a matacaballo los periódicos y rebusco en otros menos mediáticos y mediatizados, yo que soy incapaz de recordar nombres, entramados.., yo que no tengo tiempo ni ganas de profundizar pero sí de pensar y , sobre todo, de sentir, siento que no entiendo nada.
Lo que más me impacta es que esa sensación la tengo en todos los órdenes de mi vida: no entiendo nada. Vivo en un mundo que no entiendo y del que me siento "centripetada".

El Psoe se ha suicidado. Ese partido en el que tantos trabajadores han puesto su corazón generación tras generación. Ese partido por el que muchos dieron la vida o muchos años de su vida. Ese partido que quería un mundo más justo y humano para las personas que solo tienen sus manos y su sudor para conseguir una vida digna y que necesitaban reunirse en torno a unos ideales de dignidad, de solidaridad, de lucha para impedir que sus manos fueran menospreciadas y su sudor ninguneado. Personas que solo tenían sus manos, su sudor y su dignidad y una fortaleza invencible posada en la certeza de unos principios y una solidaridad inquebrantables. 
¿Qué pensarán ahora esas personas? ¿Qué sentirán? ¿Qué tiene ese grupo que los representaba de "partido" y de "obrero"?  Esas siglas hace tiempo que perdieron empuje y algunas de sus letras dejaron de significar lo que significaron. Ahora ya no existen. 

El desencanto ya no es un matiz. Es el lugar donde quedarse. Por pura incomprensión. 

Los responsables de un partido, de una familia que tiene como prioridad pensar en el bien de su gente, no pueden permitir que el representante que ellos mismos han elegido, se desgobierne. Se desgobierne y no siga sus instrucciones. Se desgobierne e impida que el desgobierno siga gobernando este país de la mano de un oponente manchado por la deshonra que, además, ideológicamente es el enemigo número uno y que durante 4 años se ha negado a escuchar, dialogar o aceptar cualquier propuesta que no fuera la prepotencia de su mayoría absoluta. 
No pueden permitir que el representante que ellos han elegido tenga poder y haga caso omiso a las cuerdas que intentaban controlarlo y dirigir sus pasos. El títere que ellos eligieron para poder gobernar desde sus poltronas, ha roto esas cuerdas y piensa y decide por él mismo (equivocadamente o no) y se niega a escuchar y a seguir sus consignas.
 El títere que ellos eligieron (por qué lo eligieron? Por joven y apuesto- es lo que se lleva ahora-? Porque habla inglés y resulta más moderno y formado?  Por "tierno" y manipulable?) se ha desmadrado. A quién se le ocurre...

El país está en un momento muy delicado. Hay que olvidarse de uno mismo y pensar en el bien superior. (Esto debería ser así siempre, pero bueno) Y ahora nos venderán que esta voladura es por el bien del país. Porque necesitamos un gobierno. El que sea. EL que la mayoría ha apuntado. 
Y no es verdad. Es una simple cuestión de poder. De aferrarse al poder a costa de morir matando. Ese es el único principio que ahora se respeta y las manos y el sudor de los trabajadores que forjaron ese partido se recogen horrorizados ante ese nuevo amo y señor que solo quiere lo que ellos más detestan: el poder para aplastar. Sin contemplaciones.
El poder que parece que se inocula en la sangre y ya no te abandona. Como al insigne Felipe Gonzalez , gran estadista y mejor orador, que no se conformó con ser un hito en la historia política de este país. QUe no tuvo suficiente con salir bien parado de algunos traspies ni de ser el garante de muchas manos y muchos sudores que descansaron en él como no lo hacían en muchas decadas, Siglos, tal vez.
Que no se puede permitir -el tampoco- mantenerse callado aunque solo fuera para que no recordáramos sus diferentes puertas de entrada y de salida que delatan a un traidor. Sólo recordar dos de estos circuitos indignos ya sonrojan e invitan al silencio eterno:OTAn de entrada, NO. De salida, por supuesto. Socialista obrero español con puño en alto de entrada,; puerta giratoria de salida que le permite enriquecerse siendo parte del sistema que intenta menospreciar y ningunear esas manos y ese sudor que le hizo ser quien fue. Sin embargo, él no puede permitir que sus ansias de poder estén calladitas e interviene. Y hace pública una conversación privada y le da la réplica en un medio de comuniciación y no en otra conversación privada como se merecía su interlocutor. Y sólo para echar más mierda a la pocilga y, por supuesto, encumbrarse en su ego inflado de poder.

Y ahora las manos y el sudor que ya se sentían defraudados pero que todavía querían creer y se seguían aferrando al poder de la solidaridad y la lucha por la dignidad de todas las personas, se sienten a la deriva. Aunque quizá piensen que es mejor ser parte de un naufragio que seguir a bordo de un barco que representa todo contra lo que lucharon.