lunes, 10 de febrero de 2020

Torpeza

Hace tiempo que me paseo poco por aquí. 
Mi necesidad de contarme, de decirme, se agota en la propia vivencia y dudo de la palabra. La anclo en mi interior y me deleito en ella sin pronunciarla, en una narración interior.

A veces recupero algún texto por diferentes motivos en los que me hallo luchando inerme y en ellos me doy de bruces contigo. Tan parca, tan escueta, eras tú una de las poquísimas personas que tuvo la necesidad y la generosidad de descansar conmigo en tus palabras, las mías. 
Eras tú la única que me animaba a seguir este tejido en el que, decías, me esperabas.
Tú, que tan poco prodigabas tus necesidades, me las regalabas en tus comentarios, intuyendo que el recorrido de ida tenía mucho más sentido si se siente al lado el cariño de otras palabras de vuelta.
Siempre tan certera, tan sensible, tan inteligente...

Ahora que ya no estás me pregunto si no podría haber disfrutado más de este viaje en el que me acompañabas tan apasionadamente. Si no podría haberte acompañado yo mucho más en ese otro viaje en el que nadie podía estar contigo y que fue tan duro. 
Me pregunto si no pude darte mucho más de lo que te di haciendo lo que más amo. 
Y la respuesta es que sí.
 Que desaproveché la oportunidad que me regalabas , despilfarré el único espacio que había para compartir emociones, miedos, ilusiones...Me perdí el maravilloso tránsito de cruzar esa pequeña grieta que tu fortaleza se permitió y que yo, torpemente no supe ver. 
No supe verte y te pido perdón aunque ello no me permita cicatrizar la yaga que la torpeza de no verte ¡, ahí, esperándome , me sigue produciendo.
Gracias, amiga, y perdóname. Sé que ya lo has hecho. Yo no podré desasirme de este vacío de torpeza que siento cuando lo percibo como hoy, trajinando por estos renglones.

Quizá sea por eso que no me paseo tanto por aquí.
Porque sé que no podré encontrar nunca más tus comentarios. Porque sé que ya no puedes esperar. 
Porque no hacerlo cuando pude y tenía tanto sentido, le quita valor a todo lo demás que aparece por aquí hilvanado.
 Porque siento que te fallé y me fallé. 
Porque entrar aquí es encontrarme contigo esperándome. Sola.