jueves, 7 de enero de 2016

Nubes negras

Llegan los días grises, fríos, cargados de nubes negras, de lluvia.
Es lo que toca y es necesario.

Como en la vida. Tocan, llegan y me gustaría poder sentir que son necesarios. Para algo. Para lo que sea.


El año empieza desdibujado. Con el estómago agarrotado. Con miedo a que el más mínimo movimiento haga temblar toda la construcción y la agriete irremediablemente.

El año comienza con mi padre pero sin él. Porque él ya no es quien es. Y está pero no es. Y yo lo miro y no sé cómo abarcar esa nube negra. No sé qué hacer con ella.

El año comienza con mi hijo pero sin él. Porque yo no sé quién es él. Porque está pero no está. Al lado pero tan lejos. Y yo no sé cómo ha llegado esa nube negra, qué he hecho yo para preñarla así de tanta oscuridad. Y no sé qué hacer con ella pero ella sabe bien qué hacer conmigo. Me anega. Me desbarata. 

Desbaratada, cegada por tanta tristeza no puedo ver otros pilares que me sostienen y los cargo con un peso insoportable, que no es suyo o simplemente no me sostienen. Me caigo. Quisiera romperme como el cristal, estallando contra el suelo, y convertirme en millones de trazos de luz , en hermosas esquirlas inconscientes.




2 comentarios:

  1. Soy un niño y le tengo mucho miedo a las nubes negras y a la lluvia mis padres me dicen que no pasa nada Pero así que me digan eso sigo te bueno miedo

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Gracias por acompañarme.