sábado, 27 de enero de 2024

La panda

 Sale el sol y allá van ellas. Paso trémulo, decididas a envolverse entre ellas.

Ninguna cumplirá ya los ochenta. Algunas pasan ya de los cien.

Se sientan en la plaza, separadas en grupos por distintos bancos. 

No faltan a su cita.

Se arremolinan en sus asientos, haciéndose sitio unas a otras.

No sería necesario casi hablar, pero no paran. 

Esas mujeres con toda su vida detrás, no ven la hora de bajarse a compartir, en la plaza, su soledad y sus miserias. 

Nadie las podría entender mejor que ellas. No hay hijo o cuidadora que entienda ese idioma de la media sonrisa en cada queja y la carcajada en cada limitación.

Ellas, cuando alguna falta a la cita varios días, se preguntan unas a otras, como descartando lo que les ronda.

Les ronda la despedida, pero las habitan los dolores y la soledad.

Y allí en esa plaza se hacen fuertes y sienten que los dolores se empequeñecen compartiéndolos y que la soledad se espanta con sus risas. 

No hay calor más fuerte ni ternura más limpia que la compañía que une a esas mujeres, que sumando sus vidas harían un festín de sacrificios y pérdidas.

La panda, un sortilegio frente a la tristeza de la vejez con la alegría del sol y la compañía.

           

         A mi César, a quien sé que le gustaría esta panda y este texto que la quiere acariciar

domingo, 21 de enero de 2024

Ya casi nada es importante

 

YA CASI NADA ES IMPORTANTE 21 de enero de 2024


Hoy hace dos años que el mundo gira sin ti. El universo sigue su expansión como si nada.


Hoy hace dos años, sin embargo, que muchos mundos siguen huérfanos, ya sin ningún giro relevante.

Tú detestarías y te enfadaría que nada sea ya demasiado importante para los que te sentíamos nuestro.

La ley de la gravedad ha dejado de existir para todos los que te queríamos.

Y es que tú hacías mucho más que existir.

Tú no sólo vivías apasionada y coherentemente.

Sin proponértelo, creabas una estela de vida por la que nos deslizábamos, entre emocionados y asustados.

Eras tan potente que podías llegar a ser inaccesible.

Por simple torpeza de quien lo intentaba.

Porque tú eras el amigo de los brazos abiertos que abarcaba, con ellos extendidos, toda la pena y la esperanza del que se refugiaba en ellos.

El mundo sigue girando, pero le falta un refugio.

Un cálido lugar, sin tiempo ni espacio,

en el que cada acontecimiento podría tener su causa.

En el que cada injusticia podría tener su respuesta.

En el que cada barbaridad, su contrapeso.

Eras el contrapeso de todo lo plomizo, lo oscuro, lo absurdo de esta vida atropellada.

Eras la desembocadura de las inquietudes y las dudas de los que fluíamos más, gracias a ti.

Eras el remanso al que llegábamos, muchas veces, zarandeados por tu sincera y dolorosa clarividencia.

Eras un lugar seguro que nunca te fallará y en el que nunca faltará la verdad.

Cada día, la compañía del diálogo contigo, como un mantra:

¿Qué pensarías, qué propondrías, qué aventarías ante cada despropósito que nos despierta cada mañana?

¿Dónde estaría tu sorpresa, dónde la colocarías para hacer de ella un posible?

¿Qué nuevo ingenio daría a luz tu propia indignación?


...

¿Cómo podemos seguir adelante sin todo eso? Sin ti.

¿Cómo podemos vivir sin tu vida, sin ti bebiéndotela y dándole sentido?


Ya casi nada es importante.

Saborear cada instante como el último, pero sin importancia.

Porque ya no es tuyo.

Ya no puede el sol acariciarte, ni la lluvia posarse en tu sonrisa.

Por eso ya casi nada es importante.

Ni siquiera este día que abrió ante nosotros un abismo interminable en el que ,instalados eternamente, ya casi nada es importante.


Lo único esencial es haberte tenido y recordarte.

Y hablar a cada momento contigo como ahora.


El mundo se cayó hace dos años y no lo sabe. Suerte que tiene.



Para mi amigo César de Vicente Hernández, a quien espero cada día como si estuviera de viaje.

Y para todos los que ,como yo, sentimos imposible la vida sin él y por eso nos la inventamos a su lado cada día.

César te quiero y sigues a mi lado en esta vida en la que ya casi nada es importante.

viernes, 11 de agosto de 2023

Zambullida

 No dejo de mirar en tu carpeta. Esperando un 1 o un 2. ¿Esperando? Esperando

Por azar -¿qué azar?- me zambullí en ella el otro día. Un baño en ti. En tu palabra. En tus planes. En tus opiniones. En tu desazón. En tu desencanto. En tu amor. Un baño en ti que fue como caer al vacío desde un precipicio sin fin.

Cada día entiendo menos tu ausencia cada vez más inabarcable.

Nada es relevante. 

lunes, 6 de marzo de 2023

Piedras, nudos, escamas.

 "¡Ay madre mía!", llorabas y acudías a tu madre. Desesperado ante tu cadera rota que complicaba mucho más tu independencia y truncaba tu libertad para siempre. 

Piedras que pesan y como un salto de rana inverso, rebotan y rebotan y rebotan y me devuelven tu recuerdo y el de los últimos años que fueron tu condena y mi auténtica debacle.


"¿Y nadie se tira por aquí?" fue tu pregunta al ver la terraza de la nueva residencia que te esperaba. Una pregunta ingenua que hablaba de ti y de la razón de ser de la angustia que me habitaba sin tregua.

Nudos del alma que impiden volver a respirar como antes. Un eco en bucle que me acompaña y desbarata cada día.


"¿Has llorado? ¿Qué te pasa?" me soltaste el día que el mundo se cayó sin saberlo, cuando fui a desearte dulces sueños. Tú, que negabas los días y la verdad en tu perdida mente confusa y enferma, notaste -todavía no entiendo cómo- que algo me había arrasado. 

Una fina y única caricia que me cubrió ante tanta desesperada soledad. El cariño que nunca fue hecho carne, desescamándose estrepitosamente. 


¿Te llegarían las escamas del mío tan intenso, tan desvalido?




Ni siquiera era ese día. No hay días en un tiempo que no cuenta.

domingo, 22 de enero de 2023

Hoy hace un año en un tiempo que no cuenta

 Hoy hace un año que yo no sabía que el mundo se había roto. Irreversiblemente.

Hoy hace un año que yo vivía protegida por la ignorancia. Rodeada de unas sombras contra las que bregaba para hacerlas luz.

Hoy hace un año que yo conservaba el corazón. Sin saber que había perdido una razón de su ser.

Hoy hace un año que casi nada es lo que era y yo no lo sabía.

Hoy, como ayer, como el mes pasado, como cada día, hace un año que el tiempo no cuenta. 

Se repiten los días aventados por ráfagas de dolor, de impotencia, de insumisión.


Hablo contigo cada día. Te pregunto. Te explico que no puede ser, sacudiendo la cabeza. Apartando los malos presagios.

Que sigues por ahí, dejándote la suelas de tus zapatos en mejorar el mundo.

En adecentarlo para que, al menos, exista la esperanza de una oportunidad.

Te explico que no es posible el movimiento de rotación sin ti.

Nada gira ni se mueve sin ti

Sin que tú puedas llenarlo de esperanza, de oportunidad.

Nada es sin tu vivirlo. Nada puede ser ya.

Remedos. Como este hilván

Hoy hace un año de un tiempo sin principio ni fin

Hoy hace una año de nada llena de ti.


...

Este verso,ahora mismo, me atraviesa a trompicones:

"Para quienes la amábamos, el día de su muerte

nunca va a terminar".

Los trompicones nacen de la indefensión y de las ganas de alterar esas dos hermosas líneas:

"Para quienes te amamos, los días de tu vida 

nunca van a terminar"





martes, 22 de noviembre de 2022

Siempre tú

 Entro por aquí, de puntillas. 

Porque el abismo atemoriza.

Porque la palabra huérfana duele.

Me encuentro con "Lo intento" como si yo no lo hubiera escrito.

Otra vez tú.

Siempre tú.