miércoles, 16 de febrero de 2022

..ni hablar

 


Así es, Rosa. Y casi incomoda tener que hablar de ello, comunicarlo, compartirlo. Porque tus palabras se quedan inanes ante esa enormidad y las escuchas y no entiendes tanta futilidad en esa inabarcable experiencia. De hecho, Rosa, cuando sales de ese alud y , desesperada,  sólo encuentras la palabra escrita como asidero, también entonces sabes que nadie va a oirte, ni a responderte, ni a acompañarte. Escribes para no ahogarte, para sacar de ti tanto dolor que se atropella en una amalgama. Para hablar con esa persona y para compartir con él el infinito desasosiego que te produce La ridícula idea de no volver a verte.