sábado, 29 de enero de 2022

Regalos

 En este particular "Lo imposible" en el que , a traspiés, avanzo en círculos, desbordo toda yo en los que me sostienen, los que me apoyan y me quieren.

Un manto de amor y compasión me protege desde entonces. Cada quien con su granito de arena, me cubre este dolor tan insoportable y lo soportan conmigo y puedo continuar. Sin creérmelo y continuar.

Lo más hermoso que me han descubierto en estos tremendos días circulares, inmensos, sin retorno, es algo que, una vez más, al verbalizarlo me estalló como un acariciante arcoíris: ¡Que suerte tienes de haber tenido una relación así en tu vida!

Palabras exactas: "Qué suerte tuviste, Esther, de tenerle en tu vida. ... Os lo debíais de pasar muy bien"

Creo que ahora voy aceptando mi necesidad de contar lo que me pasa por dentro. Siempre lo he vivido como una tara y considero que estaba equivocada. Abrirme a los demás en canal me permite recibir estos trallazos de luz. 

Es verdad, César. Soy una privilegiada por haber vivido tu amistad. Es un regalo de la vida que, en sí mismo, le da sentido al resto. Y es que, además, no pienso desprenderme de él. De mi regalo. De ti.  

Eres mi piel y, aun desollada como me encuentro ahora, regenerará de nuevo. Y estarás en mí, intacto. 

Grandioso. Iluminando cada uno de mis días. 

Nada habrá más grande ni presente en mí que tu ausencia.


Gracias, Bea, por esta revelación y perdona por compartir aquí tus palabras.

 De pronto el horror fue mucho más llevadero

Como respirar

 Te pregunté si no te parecía absurdo necesitar al amar. SI no te parecía injusto. Excesivo.

Me dijiste que era bonito.

No lo era. Porque significa que cuando quiero a alguien lo necesito. En mi vida. Constantemente. Y a veces no es posible. Y esa decepción duele y, a veces, rompe la necesidad. El amor.

Me propuse deshacerme de la necesidad. Apretando los puños. Cerrando fuerte los ojos. Abortando los resortes de lanzarme a cubrirla. Fue un gran "mono". Doloroso también. Perdí la necesidad. Y por el camino tal vez, también, el amor. Ese amor inmenso, abarcador. Siembra de prometedora cosecha.

El amor no sé. Momentos a tu lado, muchos. Y ahora qué hago con esos huecos de mi vida que nunca más podrás colmar. Qué hago con todo el hueco que no quiero ver  ni mirar. Que no existió por necesidad. La necesidad de no necesitarte a cada instante. Como respirar.