martes, 19 de enero de 2021

Nieve

 No me canso de mirarla.

Bañada de sol, sintiendo el silencio que ese manto blanco siembra a su alrededor.

No me canso de pasearla.

Centellean sus cristales convirtiendo cada rayo de sol en un diminuto diamante.







Sin espejismos

Hacía muchos años,¿diez?, que me acompañaba.

Persistente. Irreductible.  Sin descanso.Traicionera. Ni siquiera por la noche lograba esquivarla.

Durante los últimos cuatro era una mortaja hecha de mi piel y encastrada en mi estómago y pulmones. 

Una enorme losa convertida en vida. 

Durante los primeros días de este año he descubierto, temerosa, agradecida, incrédula, que era posible.

Ahora sé que se puede vivir sin ella. 

Saber que se puede.

Respirar que se puede.

Vivir que se puede.

Lo digo en voz queda pero tan aliviada...

Sé que será un paréntesis y que volverá envuelta en los vaivenes de la vida.

Pero...

 ¿Y saber que se puede

Respirar que se puede

Vivir que se puede?


 Pensé que esa garra nunca me soltaría, que sería parte de mí hasta el final de mis días. 

Ahora podré sentirla retorcerme por dentro, ahogarme por dentro, aplastarme por dentro, pero nunca más la convertiré en mi inevitable compañera.

Porque ahora sé que se puede

Respiro que se puede

Vivo que se puede.