viernes, 22 de agosto de 2014

En álgara

Llegamos. Mi prima hace la comida. La ayudo a preparar unos huevos rellenos. Trabajamos,codo con codo, y hablamos. Nos alegramos de vernos.Me regala una docena de huevos de sus gallinas.

¿Alguna vez has pensado cuánto tiempo necesita incubar una gallina para que nazca un pollito? o ¿Cuántos años pone huevos una gallina? ¿Lo sabes?
Yo no tenía ni idea. Mi prima me dio unos huevos de sus gallinas y de repente me surgieron todas estas preguntas y muchas más. La que más me desconcertaba es una que me asalta frecuentemente: "¿Cómo no me lo he preguntado antes?"

Curiosamente, las personas del pueblo, que han estado toda la vida viviendo con gallinas, tampoco lo tenían muy claro. Falta ya la generación que se ocupaba de estos menesteres.

 Sin embargo, preguntando a unos y a otras, di con las respuestas. Una gallina empieza a poner huevos entre sus 3 y 5 primeros meses de vida. Los huevos son estupendos durante los dos primeros años que ponen, después siguen poniendo pero ya los ponen " en álgara".
Vaya palabra tan bonita, desconocida e interesante. Significa sin cáscara. 





Las gallinas cluecas o lluecas incuban los huevos durante 21 días.
Y la gran pregunta que nadie supo responder y tampoco san google es por qué se pone clueca una gallina y con qué frecuencia.

Me contaron más historias como que la gallina clueca no quiere levantarse de su nido y en ocasiones hay que alimentarla porque ni para eso se quiere mover. O que si no quieres tener más pollitos, la bañas en agua fría para disuadirla (pobre) o si es una viva la virgen y no quiere empollar, la pones algo encima para que no se mueva (pobre). Y para que esté más tiempo empollando, también les daban sopa en vino (pan mojado en vino). Supongo que se emborrachaban y se quedaban quietas sobre los huevos (¿pobre?)
Las familias que no tenían gallo y querían tener pollitos, intercambiaban huevos con otras que sí tenían y ya habían sido fecundados.


También he preguntado y me han respondido que los cerdos necesitan 4 meses, 3 semanas y dos días para parir. Bonito juego de números.

La gente me mira alucinada cuando pregunto todo esto. Como si fuera una extraterrestre. Les admira mi curiosidad sobre simplezas tan básicas. Para mí no lo son. Me parecen la esencia de la vida y nos las estamos perdiendo.

En este afán por recuperar lo que se va, inevitablemente, me lanzo a hacer preguntas sobre el pasado. Y ahora, por algo que me dijo una amiga, me pregunto si no será doloroso para los que me contestan zambullirse en ese mundo perdido que en muchas ocasiones fue de miseria, privaciones e injusticias. Intento descubrirlo en su mirada, en su reacción y puede más mi interés. Creo que es una forma mucho más auténtica de acercarme a las personas, que es lo que realmente quiero y necesito.

Ahora sé que mi tía no sufrió mucho para parir, aunque lo hizo en un jergón de remolío, al lado de la lumbre y con una matrona sin formación que contrastaba la dilatación metiéndole la mano untada en aceite del candil. Yo no hubiera sobrevivido a un parto así. Raúl, posiblemente tampoco.

Estoy así, más cerca de ellos, intentando llevarme un trocito de sus vidas para siempre. Para cuando ya no estén. Y ellos ni se imaginan la emoción que me produce y la ternura con la que los guardaré en mi corazón.

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