sábado, 13 de abril de 2013

Una idea luminosa

El otro día, en no recuerdo qué periódico, me encontré con una pequeña noticia (casi siempre lo que me interpela aparece en pequeñas noticias). Alguien había creado una asociación cuyo objetivo era llevar la música a las personas hospitalizadas. La asociación se llama: "Música en vena". Me pareció, todo-la idea, el nombre de la asociación- luminoso. Uno de esos destellos que siempre me sorprenden pensando:"¿Cómo no se le había ocurrido a nadie antes?". Entré en su página web y vi lo que estaban haciendo.
http://www.musicaenvena.com/ 

Estar enfermo es muy duro por muchos motivos, pero se nos olvida que la persona en el hospital deja de disfrutar de las pequeñas cosas que hacen la vida mucho más transitable. No puedo imaginar un momento más delicado, en el que más necesitemos que la vida sea un poquito más amable, más humana, que un ingreso hospitalario. La vida se trunca y quedas separado de tus cosas, de tu "libertad"; anclado a un mundo de sinsabores  y una rutina que en nada se asemeja a la de tu actividad normal, lejos de casa y de todo lo que te hace vivir con alegría.  Nada es más necesario entonces que la luz, el calor, la esperanza. Y la música en directo es todo eso, y meterla en vena puede ser un suero especial que refuerce el ánimo y las ganas de continuar luchando.


Seguí leyendo y vi otra iniciativa que van a llevar a cabo: llevar los grabados de Durero que ahora están en la Biblioteca Nacional  a un hospital. Me quedé sobrecogida. Nunca antes lo había pensado. Un enfermo hospitalario no puede visitar un museo, no puede gozar de algo tan simple como disfrutar de un cuadro en una exposición. Y quizá porque últimamente lo que más me enriquece y me hace sentir viva sea la música, el arte y el teatro, he sentido que todo este proyecto es mágico y absolutamente imprescindible. 


En estos momentos, la muerte que nos gobierna quiere que todas estas iniciativas desaparezcan o sean simples negocios. Se impone la ley del dinero y se desbarata cualquier actividad que no sea rentable o lucrativa. Por eso siento que ahora más que nunca necesitamos alternativas tan brillantes. Para iluminar a los más desvalidos y desprotegidos, para conjurar la tristeza y el dolor, para recordarnos a todos que somos frágiles y nos necesitamos. Para entender que la vida está en las pequeñas cosas y en ayudarnos a avanzar. Avanzar en un mundo donde las personas, las emociones, la salud, la educación, sean lo importante. Por encima de beneficios (para unos pocos) y de rentabilidades. 


Para los que sabéis perfectamente la importancia de proyectos como este, mucho ánimo.


(Foto de la página web http://www.musicaenvena.com/ 


Música en Vena



3 comentarios:

  1. No conocía este proyecto, gracias por compartirlo!!!Lo iré siguiendo, me parece una idea estupenda: que el arte sirva para regalar amor, compañía y un poco de luz a las personas hospitalizadas.


    Un beso, musical

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  2. Interesante el proyecto. Siempre he pensado que lo más parecido al hospital es la cárcel. Y sé bien de lo que hablo. Incluso los presos tienen la suerte de pillar algún espectáculo de vez en cuando, mientras que los enfermos están condenados al siniestro televisor de pago, que cual crucifijo laico, domina la habitación.

    Un beso libertario

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  3. Sí, Kronstadt, cuando escribí esta entrada y otra que hice para el Foro de las Artes, pensé en vosotros.
    Yo no puedo sentir un agradecimiento mayor que el que siento hace dos colectivos que trabajan en hospitales con niños y que tuve la suerte de conocer. Un grupo de payasos, Fundación Theodora, y un grupo de voluntarios que juegan con los niños. Mi hijo olvidó durante dos tardes el malestar y la cárcel, como tú dices, en la que se había convertido su vida, riendo y jugando con ellos. Disfrutó muchísimo y creo que le ayudo a entender su experiencia como un mundo no sólo de dolor y de incomodidades sino también un sitio donde eran posibles las sorpresas agradables, la alegría y la diversión. Y cuando vi esta propuesta, me di cuenta de que los adultos necesitan estas cosas tanto o más que los niños y no tenían ninguna forma de disfrutarlas. Por eso me pareció una idea luminosa. Están haciendo muchas cosas y todas maravillosas. Es un ejemplo de las cosas importantes de la vida. Las cosas que dan luz, calor pero que no dan dividendos, claro. Pequeñas cosas que no tienen precio porque son de un valor incalculable. El valor de ser más personas y de pensar y cuidar a las personas por encima de cualquier otro fin.
    Gracias, Kronstad pero hacerme pasear otra por este sendero cuando menos me lo espero. Me reencuentro con partes de mí tan llenas que me devuelve la esperanza.

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Gracias por acompañarme.