YA CASI NADA ES
IMPORTANTE 21 de enero de 2024
Hoy hace dos
años que el mundo gira sin ti. El universo sigue su expansión como
si nada.
Hoy hace dos
años, sin embargo, que muchos mundos siguen huérfanos, ya sin
ningún giro relevante.
Tú detestarías
y te enfadaría que nada sea ya demasiado importante para los que te
sentíamos nuestro.
La ley de la
gravedad ha dejado de existir para todos los que te queríamos.
Y es que tú
hacías mucho más que existir.
Tú no sólo
vivías apasionada y coherentemente.
Sin
proponértelo, creabas una estela de vida por la que nos
deslizábamos, entre emocionados y asustados.
Eras tan potente
que podías llegar a ser inaccesible.
Por simple
torpeza de quien lo intentaba.
Porque tú
eras el amigo de los brazos abiertos que abarcaba, con ellos
extendidos, toda la pena y la esperanza del que se refugiaba en
ellos.
El mundo sigue
girando, pero le falta un refugio.
Un cálido
lugar, sin tiempo ni espacio,
en el que
cada acontecimiento podría tener su causa.
En el que
cada injusticia podría tener su respuesta.
En el que
cada barbaridad, su contrapeso.
Eras el
contrapeso de todo lo plomizo, lo oscuro, lo absurdo de esta vida
atropellada.
Eras la
desembocadura de las inquietudes y las dudas de los que fluíamos más, gracias a ti.
Eras el remanso
al que llegábamos, muchas veces, zarandeados por tu sincera y
dolorosa clarividencia.
Eras un lugar
seguro que nunca te fallará y en el que nunca faltará la verdad.
Cada día, la
compañía del diálogo contigo, como un mantra:
¿Qué
pensarías, qué propondrías, qué aventarías ante cada
despropósito que nos despierta cada mañana?
¿Dónde estaría
tu sorpresa, dónde la colocarías para hacer de ella un posible?
¿Qué nuevo
ingenio daría a luz tu propia indignación?
...
¿Cómo podemos
seguir adelante sin todo eso? Sin ti.
¿Cómo podemos
vivir sin tu vida, sin ti bebiéndotela y dándole sentido?
Ya casi nada es
importante.
Saborear cada
instante como el último, pero sin importancia.
Porque ya no
es tuyo.
Ya no puede el
sol acariciarte, ni la lluvia posarse en tu sonrisa.
Por eso ya casi
nada es importante.
Ni siquiera
este día que abrió ante nosotros un abismo interminable en el
que ,instalados eternamente, ya casi nada es importante.
Lo único
esencial es haberte tenido y recordarte.
Y hablar a cada
momento contigo como ahora.
El mundo se cayó
hace dos años y no lo sabe. Suerte que tiene.
Para
mi amigo César de Vicente Hernández, a quien espero cada día como
si estuviera de viaje.
Y
para todos los que ,como yo, sentimos imposible la vida sin él y
por eso nos la inventamos a su lado cada día.
César
te quiero y sigues a mi lado en esta vida en la que ya casi nada es
importante.