Moisés
Dame la mano. Hay que cruzar el río
para llegar al otro lado, y siento
que las fuerzas me faltan. Cógeme
como si fuera un bulto abandonado
en un cesto de mimbre que se mueve
y que llora a las luces del crepúsculo.
Cruza el río conmigo. Aunque sus aguas
no replieguen su cauce ante nosotros
esta vez. Aunque Dios no nos asista
y una nube de flechas acribille
nuestras espaldas. Aunque no haya río.
para llegar al otro lado, y siento
que las fuerzas me faltan. Cógeme
como si fuera un bulto abandonado
en un cesto de mimbre que se mueve
y que llora a las luces del crepúsculo.
Cruza el río conmigo. Aunque sus aguas
no replieguen su cauce ante nosotros
esta vez. Aunque Dios no nos asista
y una nube de flechas acribille
nuestras espaldas. Aunque no haya río.
Briech (Marruecos), 11 agosto 2010
Luis Alberto de Cuenca
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