sábado, 7 de noviembre de 2015

Compañeros

Cuando me preguntan que por qué no escribo, siempre digo que porque no soy escritora. Y pensándolo bien, algo soy. Porque necesito escribir y por eso lo hago. Seré "escribidora" o "escribiente" o algo seré. No me siento escritora como se entiende una escritora al uso porque yo no sé escribir sobre nada que no pase por mí, por mi corazón. No soy capaz de ninguna ficción. Escribo sobre lo que me pasa por dentro incapaz de excursiones más allá de mis emociones.

Ayer reconocí a un compañero de viaje. Eduard Munch. La ingenuidad de los trazos de sus cuadros, sus colores planos, su bidimensionalidad...contrastan brutalmente con todo el dolor que transpiran sus cuadros.












Y pensé,viéndolos, que nadie puede pintar algo así si no lo siente profundamente. 

La larga vida de Munch
no debió de ser fácil. Sí intensa. En eso también lo reconozco como compañero. Intenso en sus emociones, en sus pasiones y sus fantasmas. 






Salí de la exposición con ganas de hablar con él y por eso me lancé a sus escritos. Y allí estaba también mi compañero de camino.

"Un ave de rapiña se ha aferrado a mi interior. 
Sus garras se han abierto paso hasta mi corazón. 
Su pico me ha taladrado el pecho y el batir de sus alas me ha nublado el entendimiento."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por acompañarme.