sábado, 31 de agosto de 2013

La piel de gallina

El teatro romano de Mérida iluminando una noche de agosto.  En el escenario suena nítido un piano. Lo toca Dulce Pontes. Quiero estar allí. Quiero saborear esencias así.Quiero vivir esas simples emociones de lo auténtico. La noche, la magia de ese lugar y la voz apasionada de esa mujer que siempre me emociona y me reconcilia con mi tristeza. 
Hay lujos necesarios aunque nos están haciendo pensar que vivir es ya en sí un lujo.Quiero vivir con el lujo de sentir emociones que me hagan reconquistar la esperanza y la ilusión. El teatro romano de Mérida, un piano, la voz de Dulces Pontes y mi piel de gallina recordándome que vivir es mucho más que respirar.

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