Es difícil encontrar un cuadro de Darío Regoyos en en que no haya sombras. Unas sombras perfectas, llenas de color y en el sitio oportuno. Son sombras que pueden pasar desapercibidas pero sin las que el cuadro perdería todo su sentido. Unas sombras bien construidas que le dan al cuadro toda su potencia y su luz.


Este artista dibuja la noche como pocos y traslada los efectos de luz a unos mundos bellos y emocionantes.
Me resulta imposible explicar la sensación que produce este cuadro, cuyas reproducciones siempre nos parecerán burdas

Me encanta este pintor por sus atmósferas naifs que me trasladan a un mundo sencillo, de sosiego.
Y me encanta porque en muchos de sus cuadros usa toda la gama de los morados, violetas, lilas que tanto me inspiran.

Había pequeñas joyas que reproducen rincones de Madrid y otras ciudades de aquella época.

Segovia Y también muchas imágenes de tinte costumbrista
Me encanta cómo refleja la nieve y los reflejos de agua.


Os dejo con esta maravilla como despedida
Y con estos dos vídeo por si queréis saber algo más y disfrutar de casi toda su obra
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