lunes, 2 de septiembre de 2013

AGOSTO

Las vacaciones se han ido casi sin darme cuenta. 
Me encanta agosto con la tranquilidad que se respira en todas partes. El edificio casi vacío, la calle permanentemente adormecida, Madrid con otro ritmo y más accesible.
 Agosto como un paréntesis donde aparcar las inquietudes, las prisas, los agobios y los miedos. 
Agosto para el descanso, la lectura, las horas sin reloj.
Agosto, un espejismo del que me cuesta despedirme.


Y ya está aquí septiembre y de golpe aparecen todas las urgencias, las turbaciones, las preocupaciones, los desasosiegos... No me gustan los primeros días de septiembre y, como una colegial, se me encoge el estómago y me cuesta levantarme.

Voy a intentar neutralizar estas malas vibraciones  con un baño en la piscina y esta entrada.

No deja de sorprenderme cómo coincido con algunos escritores/pensadores, de alguna manera. Aunque suscribo completamente todo lo que dice y por eso lo apunto.




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