viernes, 3 de mayo de 2013

MARGARITA (S)

           Esta mañana me he despertado pronto, he salido a la terraza a saludar a una mañana radiante de sol y de luz y me he encontrado en mi terraza con una especie de magia:
 Han estado todo el año, silenciosas, ocultas bajo el follaje desanimado de sus hojas verdes y , hoy, como de repente, asoman ya vigorosas, alegres, imperturbables. Han resistido al frío, al viento, durante un largo invierno y aquí están, fieles y rozagantes, regalando su color, su alborozada persistencia. Recordándonos que algunas cosas importantes siempre están ahí aunque no las veamos y aparecen cuando tienen que aparecer con la fuerza y la determinación del primer día. Es una labor humilde, generosa, tenaz. Sin alharacas, calladamente, estallan en su esplendor, agradecidas y modestas.

                  Estas flores me han recordado a una amiga que , además, tiene nombre de flor. Una amiga de años, a quien no veo como me gustaría, con quien no comparto tantos momentos como me gustaría. Una amiga que vive la vida ayudando a los demás, siendo un apoyo para todos los que la rodean. Una persona que entiende el paso de los días como  estar siempre a disposición de quien la necesite. Una persona humilde, generosa, que nunca falla. Hace unas horas así me lo ha demostrado de nuevo, dándome una lección de vida y de amistad. Una lección que yo necesito continuamente y de la que aprendo cada minuto que paso con ella -Siempre le digo que , de mayor, quiero ser como ella-. Es una persona serena, moderada, paciente, dulce y con criterio. Alguien que siempre me produce admiración, quizá porque yo soy todo lo contrario y no acabo de entender; y quizá, por eso  también ,me hace tanto bien estar con ella.

           Esta entrada es para darte las gracias, Marga, por toda tu desinteresada ayuda, por tu confianza y tu amistad. Temo no estar a la altura aunque lo intento y ,en cualquier caso, espero poder practicar mucho a tu lado para ir consiguiéndolo.


           Dos días después



2 comentarios:

  1. Hola Esther, ¡qué cosas más bonitas dices y me dices! ¡Me he emocionado mucho!.. pero te recuerdo que eres tú la generosa, la que siempre está pendiente de todos/as: una llamada, un correo, un escrito para ser leído en momentos difíciles, una invitación, una oferta de trabajo que te envían a ti y no te importa compartir,... mil ejemplos por los que te estoy agradecida. Bss

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  2. ¡Lo has conseguido! Siempre consigues lo que te propones.Un beso y gracias.

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Gracias por acompañarme.