Se nos derrumba la
casa. Las grietas inevitables se abren y la casa se nos cae. Y no podemos
imaginar cómo habitar nuestra vida con nuestra casa rota.
Pero tenemos que seguir viviendo para reconstruirla, para apuntalarla y cuidar lo que todavía queda de ella.
Siempre hemos sabido que lo que nos sostiene se acabaría cayendo. Es ley de vida. Pero siempre nos parece injusto y precipitado.
En este caso lo es.
Ambas cosas. Se va mi tío Lázaro muy pronto y mal, injustamente. Y la casa se
nos cae. Nada será igual con nuestra casa ya en ruinas.
El tío Lázaro.... tan
guapo y alegre.... Guapo, alegre, vital, dicharachero, vanidoso como dicen en el pueblo...
Se va y no lo podemos creer. No te vas solo, tío, nunca vas a estar solo dondequiera que vayas. Se queda la tía Celi partida por la mitad, demediada. Te quiere con locura, y así será hasta el último día de su vida.
Se va y no lo podemos creer. No te vas solo, tío, nunca vas a estar solo dondequiera que vayas. Se queda la tía Celi partida por la mitad, demediada. Te quiere con locura, y así será hasta el último día de su vida.
Te
vas, tío, y te llevas a la mitad de tu "socia", como la llamabas, mientras
la abrazabas. Te la llevas en parte y ,en parte-del mismo modo- aquí te quedas
en ella. Ella va a respirar por ti, a caminar por ti, a sonreir por ti. Te
lleva tan dentro que la muerte no le va a impedir que ella te mantenga entre
nosotros. Y ahora cada vez que la bese o la abrace, sé que te estaré besando y
abrazando a ti. Cada vez que la miremos y la sonríamos te estaremos mirando y
sonriendo a ti. Te vas y te quedas, Lázaro. Te vas a quedar en nuestro
recuerdo, nuestro dolor y en la mirada perdida de la tía Ceci, que nunca más
estará completa.
Tía, descansa. No
pudiste hacer más por él y él lo sabe. Se lo diste todo. Descansa y no olvides
que él te acompaña simpre y tú le reconfortas en este ineludible viaje.
¿Sabes, Lázaro? Tus
hijos te van a cuidar ahora más que nunca, si cabe. Ahora que no estás, te van
a querer y proteger como no te imaginas. Porque Pili, Mari y Juan van a estar
cuidando, queriendo y protegiendo a su madre tanto que te va a llegar todo ese
calor y ese amor como nunca lo habías sentido hasta ahora.
Nada será igual.
Ahora queda recordarte y pensar cosas como: por qué no lo conocimos mejor, por
qué no compartimos más cosas, por qué no le dijimos esto o lo otro... Como
siempre, haremos revisión de todo lo que está en el corazón y arrinconamos, en
el día a día, con otras urgencias. Yo estoy reconfortada porque hablé contigo
los últimos días (gracias por pasármelo, tía) y porque aunque nos veíamos poco,
compartimos buenos momentos y muchas risas.
Me quedo con eso, con tu sonrisa tan guapa
como tú , que se alojaba en tu hoyuelo de la barbilla como si no hubiera
mañana. Ya no lo hay y sin embargo, sigues aquí con nosotros, seguros de que vas a acompañar a
la Ceci con todo el amor que le dejas. Y
con ella a todos nosotros.
Hasta siempre, Lázaro. Guapo.
Hasta siempre, Lázaro. Guapo.
Entre tantas mentiras de cielos y de infiernos, nadie nos preparó para esto. Recibe un beso y un abrazo fortísimos.
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