Si no ponemos mirada en nuestros ojos puede que nos pase desapercibido el balanceo, ya tupido, de los majestuosos chopos.
Si olvidamos que al respirar podemos prender milagros como un lilar, colmado y elegante, puede que ignoremos el regalo fugaz de sus lilas generosas. Tanto en un delicada flor...
Si ávidos la cara entregamos al calor de este sol tan esperado, puede que desatendamos la callada explosión de colores que humildemente van poblando los todavía verdes campos y desmontes.
Puede que se nos olvide vivir intentando sobrevivir
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