Otro día de esos en los que me siento feliz y muy privilegiada.
Otro día de esos en los que aterrizo, en los que bajo de mi nube de cabreo permanente y lucha desigual para darme de bruces con una realidad mucho más tranquilizadora y amable.
Otros día de esos en los que recuerdo lo que ya sé: que mi hijo es una gran persona, que puede y sabe enfrentarse a retos que le entusiasman y los lleva a cabo con brillantez y modestia. Como es él.
Aquí van algunos aperitivos:
Aquí con la abuela Rosario (con sombrero) y la tía Ina, en el escenario , al lado de Raúl (izdo según vemos).
¿Las veis? (la foto es mala)
Y LOS PLATOS FUERTES
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