Algunas noches sueño con mi hijo. Nunca se me aparece con la edad actual, siempre es el niño de seis o siete años que fue, con su carita de buena persona y su sonrisa generosa y constante. Me abrazo a él que me recibe alegre y agradecido y no quiero soltarme. Como tampoco quiero despertarme de ese sueño que me aferra a lo que tanto necesito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por acompañarme.